En algunos lugares -como por ejemplo en la parroquia que lleva su nombre en Asunción del Paraguay- se celebra hoy al Niño Jesús de Praga.
En la historia del Niño Jesús de Praga (que en rasgos generales tomamos de Corazones) se mezclan elementos históricos con otros legendarios.
La devoción comenzó a principios del siglo XVII. La Princesa Polyxenia de Lobkowitz recibió como regalo de matrimonio una hermosa estatua del Divino Niño, procedente de España. La estatua era de cera, de 48 centímetros de alto, y, según otra historia, había sido confeccionada en un monasterio ubicado entre entre Córdoba y Sevilla, al sur de las márgenes del Guadalquivir, a partir de circunstancias milagrosas.
La hermosa estatua fue colocada en el oratorio del convento. Su túnica y el manto habían sido arreglados por la misma princesa. Muy pronto sus palabras resultaron proféticas. Mientras los religiosos mantuvieron la devoción al Divino Infante, gozaron de prosperidad. Cuando olvidaron la imagen y su culto, acontecieron calamidades y sobrevino pobreza.
Finalmente, la princesa edificó un santuario que se inauguró en 1644, en el día de la fiesta del Santo Nombre de Jesús.
En 1655, el Conde Martinitz, Gran Marqués de Bohemia, regaló una preciosa corona de oro esmaltada con perlas y diamantes.
La devoción al Divino Niño siempre había sido practicada por los carmelitas. Santa Teresa de Jesús tenía una devoción muy particular al Divino Niño. Igualmente lo hacía Santa Teresita.
En esta nota mostramos tres fotos de la misma iglesia: la primera en situación "normal": la imagen del Titular del templo parroquial; mientras que en la segunda y la tercera hay otra imagen, ricamente vestida y decorada con motivo de la fiesta patronal. Tomamos las tres fotos en enero de 2022, pero la primera a comienzos del mes y las otras dos en vísperas de la fiesta del 25 de enero.
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