25 de junio de 2024

Martes de la Semana XII Durante el Año

El Evangelio de la Misa de hoy (Mt  7, 6. 12-14) comienza con esta sentencia de Jesús: 

«No den las cosas sagradas a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes para destrozarlos».

«No den las cosas sagradas a los perros»: la frase del Señor es evocada por Santo Tomás de Aquino en una estrofa del himno Lauda Sion:

Este es el pan de los Ángeles,

convertido en alimento de los peregrinos:

es el verdadero pan de los hijos,

que no debe tirarse a los perros.


La frase "Non mitténdus cánibus" ("No debe tirarse a los perros") aparece en el capitel de una de las columnas de la Basílica del Santísimo Sacramento.

Ecce panis Angelórum,

factus cibus viatórum:

vere panis filiórum,

non mitténdus cánibus.

23 de junio de 2024

Domingo XII Durante el Año

En las misas de hoy, Domingo XII del Tiempo Ordinario, se lee este texto evangélico (Marcos 4, 35-41):

Al atardecer de ese mismo día, Jesús dijo a sus discípulos: «Crucemos a la otra orilla». Ellos, dejando a la multitud, lo llevaron a la barca, así como estaba. Había otras barcas junto a la suya.

Entonces se desató un fuerte vendaval, y las olas entraban en la barca, que se iba llenando de agua. Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal. 

Lo despertaron y le dijeron: «¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?» 

Despertándose, Él increpó al viento y dijo al mar: «¡Silencio! ¡Cállate!» El viento se aplacó y sobrevino una gran calma.  Después les dijo: «¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?» 

Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros: «¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen».

 

El episodio de la tempestad calmada está representado, entre otros momentos de la vida de Cristo, en el parque temático Tierra Santa.

22 de junio de 2024

Santa María "en sábado"

 


«Mirándote a ti, que estás libre de pecado
podemos seguir creyendo y esperando
que sobre el odio venza el amor,
que la verdad prevalezca sobre la mentira
que sobre la ofensa prevalezca perdón,
que sobre la guerra prevalezca la paz. ¡Que así sea!»


La oración es el fragmento final de la plegaria elevada por el papa Francisco I el 8 de diciembre de 2022 en la Plaza de España de la ciudad de Roma, al pie de la estatua de la Virgen. 

La imagen de la foto, por otro lado, se conserva en el Museo Franciscano de Buenos Aires.

21 de junio de 2024

21 de junio: San Luis Gonzaga

 



La iconografía de San Luis Gonzaga es bastante estable:  en general, se lo representa con sotana negra y sobrepelliz, llevando en sus manos un crucifijo, al que suele mirar; también frecuentemente está acompañado de una corona sobre un cráneo,  disciplinas,  rosario y una azucena, símbolo de su pureza. 


La imagen que vemos hoy se aparta parcialmente de esa convención iconográfica para mostrarnos a San Luis en una imagen yacente. Sigue teniendo, no obstante, las vestiduras mencionadas y un crucifijo entre sus brazos.

La infrecuente imagen (nunca habíamos visto un San Luis Gonzaga yacente) se venera en la iglesia de Nuestra Señora del Rosario de la ciudad de Chivilcoy.

Oración Colecta de la misa de hoy:

Señor Dios  nuestro, autor de todo bien,
que has querido unir en San Luis Gonzaga
una admirable inocencia de vida
y un austero espíritu de penitencia,
concédenos, por su intercesión,
que si no hemos sabido imitarlo en su vida inocente,
lo sigamos en el camino de la penitencia.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios, por los siglos de los siglos.

17 de junio de 2024

Lunes de la Semana XI Durante el Año

La Lectura Patrística del Oficio de Lecturas del Lunes XI del Tiempo Ordinario está tomada del “Tratado sobre el Padrenuestro de San Cipriano, obispo y mártir (Caps. 8-9: CSEL 3,271-272).

El primer párrafo del texto alude a esos dos momentos de la oración en que llamamos "nuestro" al Padre y al pan de cada día:

Ante todo, el Doctor de la paz y Maestro de la unidad no quiso que hiciéramos una oración individual y privada, de modo que cada cual rogara sólo por sí mismo. No decimos: «Padre mío, que estás en los cielos», ni: «El pan mío dámelo hoy», ni pedimos el perdón de las ofensas sólo para cada uno de nosotros, ni pedimos para cada uno en particular que no caigamos en la tentación y que nos libre del mal. Nuestra oración es pública y común, y cuando oramos lo hacemos no por uno solo, sino por todo el pueblo, ya que todo el pueblo somos como uno solo.


Padre nuestro“Pan nuestro: son nuestros el Padre y el Pan. Ambos son evocados ("Pater et Panis") en el escudo de la Catedral Basílica de Salta, como puede verse en las fotos que tomamos en el frente y en el altar mayor de esa hermosa iglesia.


La lectura de hoy concluye así: 

¡Cuán importantes, cuántos y cuán grandes son, hermanos muy amados, los misterios que encierra la oración del Señor, tan breve en palabras y tan rica en eficacia espiritual! Ella, a manera de compendio, nos ofrece una enseñanza completa de todo lo que hemos de pedir en nuestras oraciones. Vosotros - dice el Señor- rezad así: «Padre nuestro, que estás en los cielos».

El hombre nuevo, nacido de nuevo y restituido a Dios por su gracia, dice en primer lugar: Padre, porque ya ha empezado a ser hijo. La Palabra vino a su casa - dice el Evangelio- y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Por esto, el que ha creído en su nombre y ha llegado a ser hijo de Dios debe comenzar por hacer profesión, lleno de gratitud, de su condición de hijo de Dios, llamando Padre suyo al Dios que está en los cielos.

15 de junio de 2024

Santa María "en sábado"

Celebramos esta Memoria sabatina de la Virgen con una oración tradicional y con una imagen de la Basílica de Nuestra Señora del Socorro.



¡Oh Señora y Madre mía! Con filial cariño vengo a ofrecerte en este día cuanto soy y cuanto tengo. Mi boca para cantarte, mi voz para bendecirte, mi corazón para amarte, mi vida para servirte. Acepta, Madre, este don, que te ofrenda mi cariño, y guárdame como a un niño cerca de tu Corazón. Que nunca sea traidor al amor que hoy me enajena y que desprecie sin pena los halagos de otro amor. Que, aunque el dolor me taladre y haga de mí un crucifijo, que yo sepa ser tu hijo y sienta que eres mi Madre. En la dicha, en la aflicción, en la pena, en la alegría, ¡mírame con compasión, no me dejes, Madre mía! Dios te salve, María, llena de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
 

12 de junio de 2024

12 de junio: San León III

El mismo día de la muerte del papa Adrián I, en diciembre de 795, los cardenales procedieron a nombrar a un sucesor. La elección recayó unánimemente sobre el cardenal de Santa Susana, quien fue entronizado con el nombre de León III.

Aunque sabemos poco sobre él, León III es recordado por un puñado de motivos: el ataque que sufrió, provocándoles serias heridas, que lo obligó a refugiarse en la corte del rey de los francos; las graves y falsas acusaciones contra él que fueron disipadas tras su solemne juramento de inocencia; su rechazo a la incorporación del "Filioque" en el Credo de Nicea... 

Pero, indudablemente,  León III es recordado, sobre todo, por haber coronado como emperador a Carlomagno el 25 de diciembre del año 800. Precisamente ese acontecimiento es recordado en el vitral que ahora vemos, que pertenece a la Basílica de Luján. San León, de pie y con tiara, está coronando al emperador (cuya imagen aparece auroleada, pues es considerado beato, como explicamos en nuestra entrada del 28 de enero de 2017).

León III murió el 12 de junio de 816 tras dos décadas de pontificado. Su nombre se agregó al Martirologio Romano -lo que equivalía a una canonización- en el año 1673.

7 de junio de 2024

Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús


«¡El corazón de Dios se estremece de compasión! En esta solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús la Iglesia presenta a nuestra contemplación este misterio, el misterio del corazón de un Dios que se conmueve y derrama todo su amor sobre la humanidad. Un amor misterioso, que en los textos del Nuevo Testamento se nos revela como inconmensurable pasión de Dios por el hombre. No se rinde ante la ingratitud, ni siquiera ante el rechazo del pueblo que se ha escogido; más aún, con infinita misericordia envía al mundo a su Hijo unigénito para que cargue sobre sí el destino del amor destruido; para que, derrotando el poder del mal y de la muerte, restituya la dignidad de hijos a los seres humanos esclavizados por el pecado. Todo esto a caro precio: el Hijo unigénito del Padre se inmola en la cruz: "Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo" (Jn 13, 1). Símbolo de este amor que va más allá de la muerte es su costado atravesado por una lanza. A este respecto, un testigo ocular, el apóstol san Juan, afirma: "Uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua" (Jn 19, 34).
(...)
En el Corazón de Jesús se expresa el núcleo esencial del cristianismo; en Cristo se nos revela y entrega toda la novedad revolucionaria del Evangelio: el Amor que nos salva y nos hace vivir ya en la eternidad de Dios. El evangelista san Juan escribe: "Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna" (Jn 3, 16). Su Corazón divino llama entonces a nuestro corazón; nos invita a salir de nosotros mismos y a abandonar nuestras seguridades humanas para fiarnos de él y, siguiendo su ejemplo, a hacer de nosotros mismos un don de amor sin reservas».

Son palabras de Benedicto XVI en su homilía durante las Segundas Vísperas de la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús del año 2009. Con ellas, y con la bella imagen que se venera en la iglesia de Nuestra Señora de Lourdes del barrio de Belgrano, celebramos la gran fiesta de hoy.

4 de junio de 2024

4 de junio: San Pedro de Verona

En el Calendarium Ordinis Praedicatorum -es decir  el Propio de la Orden de Predicadores- hoy se celebra a San Pedro de Verona, presbítero y mártir, que está registrado el 6 de abril en el Martirologio Romano:

«En Milán, de Lombardía, pasión de San Pedro de Verona, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, el cual, nacido de padres maniqueos, todavía niño abrazó la fe católica y, siendo aún adolescente, recibió del mismo Santo Domingo el hábito. Dedicado a combatir la herejía, de camino hacia Como cayó víctima de los enemigos, recitando en los últimos momentos el símbolo de la fe (1252)».

El papa Inocencio IV canonizó a Pedro de Verona al año siguiente de su muerte. 

La imagen de San Pedro de Verona que ilustra esta entrada está pintada en una de las paredes de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario (Convento de Santo Domingo) de la ciudad de Santa Fe.


2 de junio de 2024

Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo

En 2020 celebramos la Solemnidad del Corpus Christi con una foto tomada en la Basílica del Santísimo Sacramento, que mostraba algunas  palabras de la primera estrofa del himno Lauda Sion, compuesto por Santo Tomás de Aquino especialmente para esta fiesta.


Hoy volvemos a ese templo y a esa misma imagen, pero con fotografías tomadas en otras ocasiones y desde distintos ángulos.


El himno dice:

Lauda Sion, Salvatorem; 
Lauda ducem et pastorem, 
In hymnis et canticis. 
Quantum potes, tantum aude: 
Quia major omni laude, 
Nec laudare sufficiens. 
Laudis thema specialis, 
Panis vivus et vitalis 
Hodie proponitur; 
Quem in sacræ mensa cœnæ, 
Turbæ fratrum duodenæ 
Datum non ambigitur. 
Sit laus plena, sit sonora, 
Sit iūcunda, sit decora 
Mentis jubilation. 
Dies enim solemnis agitur, 
In qua mensæ prima recolitur 
Hujus institutio. 
In hac mensa novi Regis, 
Novum Pascha novæ legis 
Phase vetus terminat. 
Vetustamen novitas, 
Umbram fugat veritas 
Noctem lux eliminat. 
Quod in cœna Christus gessit, 
Faciendum hoc expressit 
In sui memoriam. 
Docti sacris institutis, 
Panem, vinum, in salutis, 
Consecramus hostiam. 
Dogma datur Christianis, 
Quod in carnem transit panis, 
Et vinum in sanguinem. 
Quod non capis, quod non vides, 
Animosa firmat fides, 
Præter rerum ordinem. 
Sub diversis speciebus, 
Signis tantum, et non rebus, 
Latent res eximiæ. 
Caro cibus, sanguis potus, 
Manet tamen Christus totus 
Sub utraque specie. 
A sumente non concisus, 
Non confractus, non divisus, 
Integer accipitur. 
Sumit unus, sumunt mille, 
Quantum isti, tantum ille, 
Nec sumptus consumitur. 
Sumunt boni, sumunt mali: 
Sorte tamen inæquali, 
Vitæ vel interitus. 
Mors est malis, vita bonis; 
Vide paris sumptionis, 
Quam sit dispar exitus. 
Fracto demum Sacramento, 
Ne vacilles, sed memento 
Tantum esse sub fragmento 
Quantum toto tegitur. 
Nulla rei fit scissura, 
Signi tantum fit fractura; 
Qua nec status nec statura 
Signati minuitur. 
Ecce Panis Angelorum, 
Factus cibus viatorum, 
Vere panis filiorum, 
Non mittendus canibus. 
In figures præsignatur 
Cum Isaac immolator, 
Agnus Paschæ deputatur, 
Datur manna patribus. 
Bone Pastor, panis vere, 
Jesu, nostri miserere. 
Tu nos pasce, nos tuere, 
Tu nos bona fac videre 
In terra viventium. 
Tu qui cuncta scis et vales, 
Qui nos pascis hic mortales, 
Tuos ibi commensales, 
Cohæredes et sodales 
Fac santorum civium. 
Amen. Alleluia. 


Alaba, Sión, a tu Salvador;
alaba a tu guía y pastor
con himnos y cánticos.
Pregona su gloria cuanto puedas,
porque Él está sobre toda alabanza,
y jamás podrás alabarle lo bastante.
El motivo especial de nuestros loores
que hoy se te propone
es el pan vivo y que da vida.
Es el mismo, no lo dudes,
que aquel que en la Santa Cena
a los Doce se entregó.
Sea plena la alabanza, armoniosa,
sea alegre y fervoroso
el gozo del corazón.
Pues celebramos el solemne día
en que fue instituido
este divino banquete.
En esta mesa del nuevo rey,
la pascua nueva de la nueva ley
pone fin a la pascua antigua.
Lo nuevo sustituye lo antiguo,
la verdad ahuyenta las sombras,
y la luz destierra a las tinieblas.
Lo que Jesucristo hizo en la cena,
nos mandó a hacer
en memoria suya.
Instruidos con sus santos mandatos,
consagramos el pan y el vino,
en sacrificio de salvación.
Es dogma que se da a los cristianos,
que el pan se convierte en carne,
y el vino en sangre.
Lo que no comprendes y no ves,
una fe viva lo atestigua,
fuera de todo el orden de la naturaleza.
Bajo diversas especias,
que son signos y no cosas,
están ocultos los dones más preciados.
Su carne es alimento y su sangre bebida;
mas Cristo está todo entero
bajo cada especie.
Quien lo recibe no lo rompe,
no lo quebranta ni lo desmembra;
recíbese todo entero.
Recíbelo uno, recíbenlo mil;
y aquél lo toma tanto como éstos,
pues no se consume al ser tomado.
Recíbenlo buenos y malos;
mas con suerte desigual
de vida o de muerte.
Es muerte para los malos y vida para los buenos;
mira cómo un mismo alimento
produce efectos tan diversos.
Cuando se divida el Sacramento,
no vaciles, sino recuerda
que Jesucristo tan entero está en cada parte
como antes en el todo.
No se parte la sustancia,
solo el signo se fracciona;
ni el ser ni el tamaño se reducen
de Cristo presente.
He aquí el pan de los ángeles,
hecho viático nuestro;
verdadero pan de los hijos,
no lo echemos a los perros.
Figuras lo representaron:
Isaac fue sacrificado;
el cordero pascual, inmolado;
el maná nutrió a nuestros padres.
Buen pastor, pan verdadero,
¡oh Jesús!, ten piedad.
Apaciéntanos y protégenos;
haz que veamos los bienes
en la tierra de los vivientes.
Tú, que todo lo sabes y puedes,
que nos apacientas aquí siendo aún mortales,
haznos allí tus comensales,
coherederos y compañeros
de los ciudadanos santos.
Amén. Aleluia.