14 de junio de 2020

Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo

«Lauda Sion Salvatórem,
lauda ducem et pastórem
in hymnis et cánticis»:

así comienza la célebre y maravillosa Secuencia compuesta por Santo Tomás de Aquino para la Solemnidad de Corpus Christi, que celebramos hoy.

En la Basílica del Santísimo Sacramento vemos las primeras palabras de la Secuencia "Lauda Sion" transcriptas sintetizadamente ("Lauda Sion Salvatorem in canticum") en un hermoso relieve:





Lauda Sion, Salvatorem
Lauda ducem et pastorem
In hymnis et canticis
Quantum potes, tantum aude
Quia major omni laude
Nec laudare sufficiens
Laudis thema specialis
Panis vivus et vitalis 
Hodie proponitur
Quem in sacræ mensa cœnæ
Turbæ fratrum duodenæ 
Datum non ambigitur
Sit laus plena, sit sonora
Sit iūcunda, sit decora 
Mentis jubilation
Dies enim solemnis agitur
In qua mensæ prima recolitur 
Hujus institutio
In hac mensa novi Regis
Novum Pascha novæ legis 
Phase vetus terminat
Vetustamen novitas
Umbram fugat veritas 
Noctem lux eliminat
Quod in cœna Christus gessit
Faciendum hoc expressit 
In sui memoriam
Docti sacris institutis
Panem, vinum, in salutis
Consecramus hostiam
Dogma datur Christianis
Quod in carnem transit panis
Et vinum in sanguinem
Quod non capis, quod non vides
Animosa firmat fides
Præter rerum ordinem
Sub diversis speciebus
Signis tantum, et non rebus
Latent res eximiæ
Caro cibus, sanguis potus
Manet tamen Christus totus 
Sub utraque specie
A sumente non concisus
Non confractus, non divisus
Integer accipitur
Sumit unus, sumunt mille
Quantum isti, tantum ille
Nec sumptus consumitur
Sumunt boni, sumunt mali
Sorte tamen inæquali
Vitæ vel interitus. 
Mors est malis, vita bonis
Vide paris sumptionis
Quam sit dispar exitus
Fracto demum Sacramento
Ne vacilles, sed memento 
Tantum esse sub fragmento 
Quantum toto tegitur
Nulla rei fit scissura
Signi tantum fit fractura; 
Qua nec status nec statura 
Signati minuitur
Ecce Panis Angelorum
Factus cibus viatorum
Vere panis filiorum
Non mittendus canibus
In figures præsignatur 
Cum Isaac immolator
Agnus Paschæ deputatur
Datur manna patribus
Bone Pastor, panis vere
Jesu, nostri miserere
Tu nos pasce, nos tuere
Tu nos bona fac videre 
In terra viventium. 
Tu qui cuncta scis et vales
Qui nos pascis hic mortales
Tuos ibi commensales
Cohæredes et sodales 
Fac santorum civium
Amen. Alleluia. 
Alaba, Sión, a tu Salvador;
alaba a tu guía y pastor
con himnos y cánticos.
Pregona su gloria cuanto puedas,
porque Él está sobre toda alabanza,
y jamás podrás alabarle lo bastante.
El motivo especial de nuestros loores
que hoy se te propone
es el pan vivo y que da vida.
Es el mismo, no lo dudes,
que aquel que en la Santa Cena
a los Doce se entregó.
Sea plena la alabanza, armoniosa,
sea alegre y fervoroso
el gozo del corazón.
Pues celebramos el solemne día
en que fue instituido
este divino banquete.
En esta mesa del nuevo rey,
la pascua nueva de la nueva ley
pone fin a la pascua antigua.
Lo nuevo sustituye lo antiguo,
la verdad ahuyenta las sombras,
y la luz destierra a las tinieblas.
Lo que Jesucristo hizo en la cena,
nos mandó a hacer
en memoria suya.
Instruidos con sus santos mandatos,
consagramos el pan y el vino,
en sacrificio de salvación.
Es dogma que se da a los cristianos,
que el pan se convierte en carne,
y el vino en sangre.
Lo que no comprendes y no ves,
una fe viva lo atestigua,
fuera de todo el orden de la naturaleza.
Bajo diversas especias,
que son signos y no cosas,
están ocultos los dones más preciados.
Su carne es alimento y su sangre bebida;
mas Cristo está todo entero
bajo cada especie.
Quien lo recibe no lo rompe,
no lo quebranta ni lo desmembra;
recíbese todo entero.
Recíbelo uno, recíbenlo mil;
y aquél lo toma tanto como éstos,
pues no se consume al ser tomado.
Recíbenlo buenos y malos;
mas con suerte desigual
de vida o de muerte.
Es muerte para los malos y vida para los buenos;
mira cómo un mismo alimento
produce efectos tan diversos.
Cuando se divida el Sacramento,
no vaciles, sino recuerda
que Jesucristo tan entero está en cada parte
como antes en el todo.
No se parte la sustancia,
solo el signo se fracciona;
ni el ser ni el tamaño se reducen
de Cristo presente.
He aquí el pan de los ángeles,
hecho viático nuestro;
verdadero pan de los hijos,
no lo echemos a los perros.
Figuras lo representaron:
Isaac fue sacrificado;
el cordero pascual, inmolado;
el maná nutrió a nuestros padres.
Buen pastor, pan verdadero,
¡oh Jesús!, ten piedad.
Apaciéntanos y protégenos;
haz que veamos los bienes
en la tierra de los vivientes.
Tú, que todo lo sabes y puedes,
que nos apacientas aquí siendo aún mortales,
haznos allí tus comensales,
coherederos y compañeros
de los ciudadanos santos.
Amén.

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