En la Catedral de Córdoba se venera esta hermosa imagen del evangelista San Mateo, cuya fiesta celebramos hoy.
En "El año litúrgico", de J. Pascher (libro editado en 1965, y por tanto anterior a las reformas postconciliares) se señalaba:
«El Martirologio romano escribe bajo "IX kal. Octobris":
“En Etiopía, el aniversario de San Mateo, apóstol y evangelista, que en esta región predicó y padeció el martirio. Por revelación suya fue hallado el evangelio escrito por él en lengua hebrea juntamente con el cuerpo de San Bernabé apóstol, en tiempo del emperador Zenón“.
Esta nota se funda esencialmente en el Martirologio de Usuardo († 875). La noticia de que el santo murió en Etioquía corresponde a lo que dice el Mart. hieronymianum, en cuanto que la ciudad de Tarrium, que se indica allí como lugar de la muerte, está efectivamente en Etiopía, y no, como piensa el Hieronymianum, en Persia. También Rufino y Sócrates nombran a Etiopía en sus historias de la Iglesia. El evangelio hebraico que menciona ya San Jerónimo fue descubierto, según Theodorus Lector, en Chipre, al encontrarse los huesos del apóstol Bernabé. Bernabé lo había trascrito y lo tenía sobre el pecho.
Los griegos celebran al apóstol Mateo el 16 de noviembre. Todavía el Hieronymianum conocía para Occidente no sólo el 21 de septiembre, sino también otras fechas».
En el apartado "La piedad popular", el mismo libro acotaba:
«Desde los siglos XII y XIII, el arte ha puesto en mano del apóstol una espada, pues, según la leyenda, fue muerto a filo de espada, cuando oraba después de misa al pie del altar. El atributo aparece también en forma de una alabarda. Esta, en ocasiones, se corta a su vez en un hacha. Cuando se pinta a Mateo como evangelista, tiene por símbolo de su evangelio a un hombre o a un ángel. Si lleva una bolsa o un tablero de contar, es por alusión a su anterior oficio de alcabalero.
Lo tienen por patrono los hombres de aduanas, tributos, cambistas, y, en general, los financieros».
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