San Marcos, junto a los otros tres Evangelistas, es muy frecuentemente representado en los templos, sobre todo acompañado de su símbolo tradicional: el león. De entre las numerosas ocasiones en que hemos hallado a San Marcos en iglesias argentinas, elegimos para hoy la que aparece en uno de los cuatro ángulos de la bóveda principal del templo consagrado a la Inmaculada Concepción sobre la avenida Independencia, en Buenos Aires.
Del libro "Santos del Calendario Romano" entresacamos algunos datos acerca de San Marcos:
"La fiesta del evangelista, que la más antigua tradición cristiana considera autor del segundo evangelio, “discípulo e intérprete de Pedro, aunque no hubiera escuchado ni seguido al Señor” según Papías de Hierápolis en el siglo II, es celebrada en la fecha del 25 de abril por los coptos, sirios y bizantinos, y desde el siglo IX en adelante, también en Occidente. Por los Hechos de los Apóstoles conocemos a un Juan Marcos que está relacionado con Pedro (cf He 12,12: se refugia en su casa tras la liberación de la cárcel). Es compañero de misión de Pablo en Chipre (He 13,5), después de haber sido llevado por Pablo y Bernabé desde Jerusalén a Antioquia (He 12,25). Pero vuelve inexplicablemente a Jerusalén (He 13,13). Más adelante embarca nuevamente para Chipre con Bernabé, su primo (Col 4,10), después de haber sido rechazado por Pablo como compañero de viaje. Tras reconciliarse con Pablo, es mencionado como colaborador suyo y consolador en la prisión (Col 4,10; Flm 24; 2Tim 4,11). Puede confirmarse también su estrecha relación con Pedro, que lo llama “hijo mío” (1Pe 5,13), aludiendo quizá al bautismo recibido del apóstol.
Otros datos son inciertos: la identificación con el joven que huyó desnudo en el huerto de Getsemaní; su presencia y muerte en Alejandría, ignorada por los escritores alejandrinos más antiguos como Clemente, Orígenes y Dionisio, aunque hablen de ello Eusebio y Jerónimo (...)". La tradición de su martirio procede de "los Hechos apócrifos de Marcos y de la Historia Lausiaca de Palladio, que le hacen sufrir el martirio en tiempos de Trajano y dicen que está sepultado en la aldea de Bucoli, cerca de Alejandría". Según la leyenda, atestiguada desde el 829, en el año 828 dos mercaderes venecianos habrían llegado a una iglesia, en el nordeste de Alejandría, donde hallaron los restos de Marcos; de allí los llevaron a Venecia, donde erigieron un templo en su honor.
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