El Cuarto Domingo de Pascua suele llamarse "Domingo del Buen Pastor", porque en él se leen fragmentos del capítulo 10 del Evangelio de San Juan, en que Jesús afirma "Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor da su vida por las ovejas". Este año se leen los versículos 27 a 30:
«Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen.
Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos.
Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos
y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre.
El Padre y yo somos una sola cosa».
Ilustramos la celebración de este domingo, que evoca la bella metáfora del Buen Pastor, con una maravillosa imagen que puede apreciarse en la iglesia parroquial de San Antonio de Areco.
Tomé la foto en febrero de 2015.
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