En el Martirologio el 3 de noviembre y en el calendario propio de la Orden de Predicadores el 5 de noviembre se recuerda al Beato Simón Ballachi: "En Rímini, de la provincia de Flaminia, beato Simón Balachi, religioso
de la Orden de Predicadores, que entregó toda su vida al servicio de los
hermanos, dedicado a la penitencia y a la oración (1319)".
En el excelente sitio El Testigo Fiel leemos que Simón "entró a servir a Dios como hermano lego en el convento de los dominicos de Rímini, su ciudad natal, a los veintiséis años de edad. Como si la humildad de su estado no bastase, Simón se mortificaba aún más al ofrecerse para ejecutar los trabajos más bajos y al disciplinarse con una cadena de hierro. Ofrecía todos sus sufrimientos por la conversión de los pecadores. Se dice que el demonio se le aparecía y le hacía sufrir mucho. Simón estaba encargado del huerto. Tenía predilección por las almas infantiles y solía recorrer las calles con una cruz en la mano, para llamar a los niños al catecismo. A los cincuenta y siete años quedó ciego y así vivió doce más. En los últimos años tuvo que guardar cama. Soportó esas pruebas con valor y alegría. Dios le premió con el don de milagros, y el pueblo le veneró como santo en cuanto murió. Su culto fue confirmado en 1821". Un blog dedicado al Santoral Dominicano señala que la concesión de oficio y misa tuvo lugar el 14 de marzo de 1820.
Una imagen del beato se venera en la Basílica del Santísimo Rosario de Buenos Aires:
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