En el templo dedicado a San Gabriel de la Dolorosa en Vicente López (provincia de Buenos Aires) hay hermosos vitrales que representan a los Apóstoles.
Vemos hoy, en el día de su fiesta, el que corresponde a Santo Tomás. El santo, famoso por el episodio de su incredulidad tras la resurrección de Jesucristo, es representado aquí con su más tradicional atributo iconográfico: una escuadra. El motivo de que Tomás aparezca representado habitualmente con una escuadra guarda relación con un episodio de su vida que se encuentra en el libro de los Hechos de Tomás.
La tradición, ya desde el siglo IV, señala que Tomás evangelizó la India, donde habría logrado la conversión del rey Gundaphar o Gundifar y resulta que -seguimos aquí el libro "El año litúrgico", de J. Pascher- "hallazgos de moneda han confirmado la existencia de un rey de ese nombre a mediados del siglo I".
En los Hechos de Tomás "se dice, en efecto, que el rey Gundifar encargó al apóstol le construyera un palacio romano; el apóstol habría dado a los pobres las copiosas cantidades de dinero que se pusieron a su disposición, y así construyó al rey un palacio en el cielo".
Junto con la escuadra a veces también se lo representa con piedras para la construcción. Por eso mismo "arquitectos, canteros y otros oficios de construcción y hasta agrimensores lo veneran como patrono".
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