El Martirologio dedica unas pocas palabras a San Honorato, y la historia conserva muy escasos datos acerca de su vida.
Sabemos que nació y murió en la diócesis de Amiens, de la que fue el tercer obispo en el siglo VI.
Sabemos que nació y murió en la diócesis de Amiens, de la que fue el tercer obispo en el siglo VI.
La leyenda dice que cuando llegó a su casa natal la noticia de que Honorato había sido elegido obispo, su madre de leche, que estaba en ese momento cocinando el pan, dijo que “el chico” no iba a ser obispo más que lo que su pala de cocer el pan fuera a convertirse en árbol. Al instante la pala echó raíces y de ella creció y dio frutos una morera, que 900 años más tarde los pobladores todavía mostraban a los peregrinos.
Siendo Obispo de Amiens, Honorato participó del descubrimiento de las reliquias de los santos Fusciano y Victorico, y las expuso a la veneración de los fieles.
El culto de San Honorato se popularizó en toda Francia a raíz de las numerosas curaciones que se le atribuyeron a partir de 1060, cuando sus reliquias fueron expuestas en un santuario.
En Francia y en muchos otros lugares se considera al santo como patrono de los panaderos y pasteleros y, en general, de todos los oficios relacionados con la harina. Por ello, San Honorato aparece frecuentemente en las imágenes con una pala de panadero o, como en nuestro caso, con una canasta con varias piezas de pan francés.
La imagen la encontramos en la iglesia del Sagrado Corazón de la ciudad de Santa Fe, durante una breve visita a esa ciudad en julio del año 2018.
Próxima entrada: 19 de mayo (San Teófilo de Corte)
La imagen la encontramos en la iglesia del Sagrado Corazón de la ciudad de Santa Fe, durante una breve visita a esa ciudad en julio del año 2018.
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