En la Fiesta del Bautismo del Señor, en el Ciclo B, se lee en la misa el relato del episodio según San Marcos (1, 7-11):
Juan Bautista predicaba, diciendo:«Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo».En aquellos días, Jesús llegó desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Y al salir del agua, vio que los cielos se abrían y que el Espíritu Santo descendía sobre él como una paloma; y una voz desde el cielo dijo: «Tú eres mi Hijo muy querido, en ti tengo puesta toda mi predilección».
De los diversos comentarios que recoge sobre el fragmento la Catena Áurea, hemos escogido los de San Beda y San Jerónimo:
San Beda: Fue bautizado para que se confirmase con su bautismo el de San Juan y para que, santificando el agua del Jordán, se mostrase por la bajada de la paloma la venida del Espíritu Santo en el baño de los creyentes. Y continúa: "Y luego que salió del agua se le abrieron los cielos, y vio bajar al Espíritu de Dios en forma de paloma y posar sobre El".Se abren los cielos no porque se abran los elementos naturales, sino porque se abren a los ojos espirituales. De este modo estaban abiertos también para Ezequiel, como lo recuerda en el principio de su libro. Fue para nuestro beneficio que viese abiertos los cielos después del bautismo, dando a entender que por el baño de la regeneración se nos abre la puerta del reino celestial.
San Beda: El ver bajar al Espíritu Santo en el bautismo, era señal de la gracia espiritual que en el bautismo se nos confiere.
San Jerónimo: Esta es la unción de Cristo según la carne (a saber, la unción con el Espíritu Santo), de la cual se dice ( Sal 44,8): "Te ungió, oh Dios, el Dios tuyo con óleo de alegría, con preferencia a tus compañeros".
San Beda: Con mucha razón desciende el Espíritu Santo en forma de paloma, porque es animal de gran sencillez y no tiene la malicia de la hiel. De este modo nos insinúa figuradamente que busca los corazones sencillos y que no se digna habitar en la mente de los impíos.
San Jerónimo: Desciende el Espíritu Santo en forma de paloma, porque en el Cántico se dice de la Iglesia ( Cant 2,10; 5,2): "Esposa mía, amiga mía, prójimo o compañero mío, amada mía, paloma mía". Esposa de los patriarcas, amiga de los profetas, prójimo en José y María, amada en Juan Bautista, paloma en Cristo y los apóstoles, a quienes se dice ( Mt 10,16): "Sed prudentes como las serpientes y sencillos como las palomas".
San Beda: Se posó la paloma sobre la cabeza de Jesús, para que ninguno juzgase que la voz del Padre se dirigía a San Juan y no al Señor. Con razón, pues, añadió: "Y se posó sobre El", esto es en Cristo particularmente, que llenándolo una vez el Espíritu Santo, nunca lo abandonó. De otro modo es con sus fieles, a quienes la gracia del Espíritu se confiere a veces para hacer muestras de virtudes y milagros, aunque otras veces se les quita. No obstante, nunca les falta esta gracia para obrar la piedad y la justicia, y para conservar el amor a Dios y al prójimo. Al mismo que vino a San Juan para ser bautizado con otros, señaló la voz del Padre como verdadero Hijo de Dios, para bautizar al que quisiera en el Espíritu Santo. Y continúa: "Y se oyó una voz del cielo que dijo: Tú eres mi querido Hijo, en quien tengo puesta toda mi complacencia". Con esto no se enseña al Hijo de Dios lo que no sabía, sino que se nos muestra a nosotros lo que debemos creer.
La imagen, que incluye al pie la palabra "Bautismo" en griego, corresponde a la Catedral de la Dormición de la Madre de Dios (ortodoxa griega); tomé la foto en noviembre de 2019.
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