2 de febrero de 2021

2 de febrero: Santa Juana de Lestonnac

El 2 de febrero está inscrita en el Martirologio la Memoria de Santa Juana de Lestonnac, «que, siendo niña, rechazó la invitación y los esfuerzos de su madre para apartarla de la Iglesia católica. Al quedar viuda, y después de educar convenientemente a sus cinco hijos, fundó la Sociedad de Hijas de Nuestra Señora, a imitación de la Orden de la Compañía de Jesús, para la educación cristiana de las muchachas»Murió en Burdeos, Francia, el 2 de febrero de 1640.



Nacida en 1566, pertenecía a una distinguida familia bordelesa; su padre era católico, pero su madre era calvinista, y trató de cambiar la fe de su hija, incluso maltratando cruelmente a Juana. A los 17 años, Juana se casó con Gastón de Montferrant, de noble alcurnia. El matrimonio fue muy feliz, pero Gastón murió en 1597, dejando a su mujer con cuatro hijos, a cuyo  cuidado Juana se dedicó totalmente hasta que pudieron bastarse por sí solos. Entonces, cuando contaba con 47 años,  Juana de Lestonnac ingresó en el noviciado del monasterio cisterciense de Toulouse. Pasó allí seis meses, pero el estilo de vida tan duro  quebrantó su salud y, a pesar de que sus súplicas, los superiores le mandaron abandonar el convento. Antes de partir, mientras estaba orando en la capilla repitiendo «Señor si es posible, haz que pase de mí este cáliz», sintió la certeza de que ella debía ser la fundadora de una nueva orden religiosa.



No bien abandonó el monasterio, ya repuesta en su salud, se trasladó a Périgord, donde reunió a varias jóvenes que más tarde serían sus primeras novicias. Cuando una peste estalló en Burdeos, Madame de Lestonnac y un grupo de valientes mujeres se dedicaron a cuidar a las víctimas. Juana conoció entonces a dos sacerdotes jesuitas, que le insistieron en señalarle la devastación que el calvinismo causaba entre los jóvenes privados de educación católica. Ambos creyeron necesario prestar ayuda a Juana en la fundación de una orden que contrarrestara los daños de esa herejía. Así comenzó la obra, que prosperó rápidamente. Juana fue la primera superiora de la nueva congregación. La primera casa se abrió en el antiguo priorato del Espíritu Santo, en Burdeos.

En 1607, Pablo V aprueba la primera comunidad de la Compañía de María Nuestra Señora, una comunidad de mujeres que compaginan la contemplación con la dedicación total a la educación de la mujer. Juana  de Lestonnac y sus compañeras recibieron el hábito de manos del cardenal Sourdis, Arzobispo de Burdeos, en 1608. La orden -que tenía el propósito de formar y enseñar a las jóvenes de todas las clases sociales- prosperó rápidamente. Sin embargo, pronto comenzaron las pruebas más duras: una de las monjas y el director de una de las escuelas, conspiraron contra Juana, urdieron calumnias e inventaron mentiras acerca de ella. Como resultado de esa infamia, la madre Lestonnac fue destituida. La monja acusadora fue nombrada superiora y comenzó a tratar a la destituida Juana con despotismo y crueldad.  Pero la paciencia de Santa Juana finalmente conmovió el corazón de la malvada monja, quien se arrepintió de sus calumnias y trató de reparar los daños. Juana de Lestonnac, sin embargo, ya no retomó el cargo de superiora.  Pasó sus últimos años en recogimiento y preparándose para la muerte. 


Falleció cuando todas sus religiosas habían renovado sus votos, en la fiesta de la Purificación de 1640. Su cuerpo permaneció fresco y exhalando una dulce fragancia varios días después de su muerte;  su rostro se veía lleno de belleza y una brillante luz  rodeaba el catafalco. Varios milagros se operaron en su tumba. 

A causa  de la Revolución Francesa, las religiosas se  dispersaron y el cuerpo de Santa Juana se perdió hasta principios del siglo XIX. Recuperado el cuerpo, se le dio sepultura en Burdeos y se introdujo la causa de canonización en Roma.  Juana de Lestonnac fue beatificada en 1900 y canonizada en 1949.

Tomamos las fotos de la imagen de Santa Juana de Lestonnac en la iglesia de la Sagrada Familia, sobre la avenida Balbín.

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