En la misa de hoy, Miércoles VI Durante el Año, se lee un fragmento del libro del Génesis (8, 6-13. 20-22) que se refiere al fin del Diluvio Universal. Transcribimos la primera parte de la lectura (6-13):
«Al cabo de cuarenta días, Noé abrió la ventana que había hecho en el arca, y soltó un cuervo, el cual revoloteó, yendo y viniendo hasta que la tierra estuvo seca.
Después soltó una paloma, para ver si las aguas ya habían bajado. Pero la paloma no pudo encontrar un lugar donde apoyarse, y regresó al arca porque el agua aún cubría toda la tierra. Noé extendió su mano, la tomó y la introdujo con él en el arca.
Luego esperó siete días más, y volvió a soltar la paloma fuera del arca. Esta regresó al atardecer, trayendo en su pico una rama verde de olivo. Así supo Noé que las aguas habían terminado de bajar. Esperó otros siete días y la soltó nuevamente. Pero esta vez la paloma no volvió.La tierra comenzó a secarse en el año seiscientos uno de la vida de Noé, el primer día del mes. Noé retiró el techo del arca, y vio que la tierra se estaba secando».
La pintura que representa el regreso de la paloma con un ramo de olivo en su pico está en la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores; tomamos la foto en 2017.
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