En el Calendario Litúrgico propio de la Compañía de Jesús, el 13 de noviembre se recuerda a San Estanislao Kostka, que en el Martirologio aparece inscripto el 15 de agosto:
En Roma, San Estanislao de Kostka. Polaco de origen, con el deseo de entrar en la Compañía de Jesús huyó de la casa paterna y se dirigió a pie a Roma, siendo admitido allí en el noviciado por San Francisco de Borja y, consumado en breve tiempo realizando los mas humildes servicios, murió resplandeciente de santidad (1568).
Así narra su vida el "Diccionario de los Santos" de Leonardi, Riccardi y Zarri ¹:
«Nace en Rostkow, cerca de Przasnysz, a finales de diciembre de 1550, hijo de Jan Kostka, alcalde de Zakroczym (...) Entre los nobles de la región, normalmente no demasiado potentados, los Kostka podían considerarse una familia entre las más acomodadas, aunque no pudiesen compararse con algunas de las grandes familias polacas de la época.
Sobre la infancia de Estanislao en Rostkow conocemos muy poco. Se sabe con seguridad que fue educado, junto con sus hermanos, en el rigor de la fe católica y sus dogmas, y que los padres pretendían de sus propios hijos un comportamiento honesto y pío. Por un año fue confiado a Jan Bilinski, preceptor que después siguió la instrucción del joven en Viena (1564) donde su padre lo había mandado, junto a su hermano mayor Pablo, para estudiar en el instituto imperial regido por los jesuitas, como era costumbre en aquella época para los hijos de los nobles acomodados. Cuando en marzo de 1566 el emperador Maximiliano II de Habsburgo arrebató a los jesuitas uno de los edificios que hospedaban a los estudiantes, los hermanos Kostka, con algunos connacionales, se trasladaron a la casa del luterano Kimberker. En sus años de estancia vienesa Estanislao se dedicó al estudio de gramática, artes liberales y retórica, convirtiéndose en uno de los mejores alumnos del colegio. Conocía y hablaba perfectamente en latín y alemán y comprendía el griego. El clima religioso que el joven respiraba lo acercó a las verdades del catolicismo y a la búsqueda del sentido de la vida. Este interés está documentado por los escritos y textos personales dedicados a la Iglesia. En sus observaciones, Kostka se vale de argumentos sacados del Antiguo y Nuevo Testamento. En la vivencia diaria del Evangelio, el joven Kostka encuentra el sentido de su propia existencia. A menudo se le encontraba absorto en oración, tanto en la iglesia como en la casa; recitaba diariamente el rosario y las oraciones dedicadas a la Virgen, asistía cada día a misa, siendo normal que todas las semanas se acercase a comulgar, y amaba los libros que trataban, sobre todo de religión.
Los primeros signos de su vocación se remontan al 1565 cuando, obligado a permanecer largo tiempo en la cama, tuvo la visión de Santa Bárbara y, posteriormente, de la Virgen con el Niño, quien, curándolo, le ordenó entrar en la Compañía de Jesús. Un deseo que chocó con numerosos obstáculos por parte de la familia que no compartía la decisión del joven. Estanislao lucha consigo mismo durante meses, consciente de no poder obtener el permiso de sus padres. Fueron meses difíciles y la vida espiritual del joven se hizo más vigorosa, intensa y ascética, hasta el punto de preocupar al preceptor y a su mismo hermano Pablo. El final de sus estudios y la proximidad de la fecha del regreso a casa empujaron a Estanislao a pedir su admisión directamente a Roma, donde fue aceptada el 28 de octubre de 1567. Al año siguiente, hechos los votos de pobreza, castidad y obediencia, se traslada con el polaco Warszewicki al noviciado junto a la iglesia de San Andrés del Quirinal. Sin embargo, las relaciones con su familia continuaron siendo difíciles. El padre, cuando supo la noticia, envió a Roma al mayor de sus hijos, con la orden de llevarse consigo al hermano de vuelta a casa. Cuando Pablo llegó a la ciudad, Estanislao ya había muerto, afectado de malaria, que fue letal para un organismo ya debilitado y enfermo. Sus últimas horas de vida las había pasado rezando y en continuas confesiones. La muerte le llegó la noche entre el 14 y el 15 de agosto de 1568.
Canonizado por Benedicto XIII (31 de diciembre de 1726) fue proclamado 'patronus minus principalis' de Polonia en el 1962 por Juan XXIII».
Tomamos las fotos en la iglesia de la Inmaculada Concepción de Belgrano.
Tomamos las fotos en la iglesia de la Inmaculada Concepción de Belgrano.
¹ Madrid, Ed. San Pablo, 2000
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