29 de marzo de 2025

Sábado de la Semana III de Cuaresma

El Evangelio de la Misa del Tercer Sábado de Cuaresma trae esta célebre parábola del fariseo y el publicano:
 

En aquel tiempo, refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, Jesús dijo también esta parábola:

 

«Dos hombres subieron al Templo para orar; uno era fariseo y el otro, publicano.

El fariseo, de pie, oraba así: "Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de todas mis entradas".

En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se animaba siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: "¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!"».

Les aseguro que este último volvió a su casa justificado, pero no el primero. Porque todo el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado. 


En uno de los confesionarios de la Basílica del Santísimo Sacramento está tallada una figura que representa al publicano (al pie dice "publicanus") que lleva en sus manos una cinta con la frase "Percutiebat pectum suum", es decir, "se golpeaba el pecho".

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