24 de julio de 2020

24 de julio: Beatas Mártires Carmelitas de Guadalajara

María Pilar de San Francisco de Borja 
(Jacoba Martínez García), 
Teresa del Niño Jesús y San Juan de la Cruz 
(Eusebia García y García), 
y María de los Ángeles de San José 
(Marciana Valtierra Tordesillas)
eran integrantes de la Orden de Carmelitas Descalzas
y fueron coronadas todas ellas con el martirio en 1936
en los tiempos de la terrible persecución religiosa desatada entonces en España.


La Beata María del Pilar de San Francisco de Borja 
nació 1877. 
Ingresó en el Carmelo de Guadalajara en 1899. 

La Beata Teresa del Niño Jesús y de San Juan de la Cruz 
nació en 1909.  
Ingresó en el Carmelo de Guadalajara en 1925.

La Beata María de los Ángeles de San José 
nació en 1905.
Ingresó en el Carmelo de Guadalajara en 1929.  




En julio de 1936, al ser ocupada por anarquistas la ciudad en la que vivían, y ante el peligro inminente que ello conllevaba, la superiora de la comunidad ordenó a las hermanas que se vistieran de civil y se marcharan del convento. Así lo hicieron, y se refugiaron en un hotel y en una pensión. Sin embargo, como catorce de ellas estaban juntas, y ello llamaría la atención, Teresa decidió abandonar la casa y sugirió que algunas de sus hermanas hicieran lo mismo. La siguieron María del Pilar y María de los Ángeles. En la tarde del 24 de julio de 1936 salieron a la calle en busca de otro lugar donde refugiarse. Pero unos milicianos las reconocieron como religiosas y uno de ellos exclamó: "¡Son monjas! ¡Disparad contra ellas!".

María Ángeles murió inmediatamente.  

María del Pilar fue acribillada y luego acuchillada; debió sufrir una larga agonía; murió desangrada, murmurando palabras de perdón contra sus asesinos y vivas a Cristo Rey. 

Teresa -la más joven- salió ilesa de la primera ráfaga de balas y huyó; un sujeto se le acercó y, pretendiendo que iba a ayudarla, intentó violarla; al rechazar ella su intento, otros milicianos comunistas que se encontraban en el lugar la obligaron a correr hacia adelante (Teresa lo hizo con los brazos en cruz e invocando a Jesús) y la acribillaron por la espalda.

Las tres monjas fueron enterradas en una fosa común. En 1941 fueron exhumados sus cadáveres y fácilmente identificados por sus escapularios y los crucifijos que llevaban, que eran los que habían recibido al ingreso al Carmelo.



Dado el elevado número de testigos y el modo terrible e impactante del martirio de las tres religiosas, el proceso canónico fue breve y la beatificación tuvo lugar en 1987 en celebración presidida por San Juan Pablo II.

El cuadro se exhibe en la capilla porteña de Corpus Christi (Amenábar al 400).

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