Hoy celebramos la Memoria de Nuestra Señora de la Merced. En esta entrada compartiremos fotos que tomamos en la basílica tucumana dedicada a esa advocación. La imagen es histórica porque a la Virgen de la Merced le entregó su bastón de mando el general Belgrano después de la Batalla de Tucumán, que había tenido lugar justamente en el día de su fiesta, el 24 de septiembre de 1812.
El texto que acompaña a las imágenes es la Secuencia Plaudat agmen captivorum, propia de la Orden Mercedaria, en la que la fecha de hoy se celebra con el grado de Solemnidad.
Aplauda el escuadrón de los cautivos,
y la ilustre tropa de cristianos cante
en este día cánticos solemnes,
que el júbilo del ánimo declaren.
Mostremos todos juntos nuestro gozo,
y agradecidos, este día grande
celebremos, al ver ya quebrantadas
las prisiones tiranas y fatales.
¡Ya resplandece aquel benigno día,
digno de los aplausos celestiales,
que de su heroica caridad nos muestra
las más faustas, y célebres señales!
La Fe, a quien combaten las astucias
del infiel, y la vida miserable
entre tantos trabajos consumida,
las restablece hoy la Virgen Madre.
La que viendo los llantos, los tormentos,
y lamentos que sin consuelo esparcen
los cristianos en tan infeliz suerte,
trata de remediarlos al instante.
Para sacarlos del continuo riesgo
en que viven, y de trabajos tales,
y que se restituyan a su Patria,
sin que su fe padezca algún desfalque.
Cuando Nolasco meditaba los medios
de poder al cautivo libertarlo,
y a fin de hallarlos recurría al Cielo,
en continua oración firme y constante.
La Madre de clemencia se le muestra
con un semblante celestial y afable,
a fin de que a los míseros cautivos
de las cadenas sarracenas saque.
Y le dice, que a ella y a su Hijo
juntamente, será muy agradable,
si en honra suya y con su dulce Nombre
un sagrado orden de piedad fundare.
Cuyo fin principal sea al cautivo
librar de las prisiones en que yace
arrojado, y sacarle indemne y libre
de opresión tan tirana y lamentable.
Esta obra insigne de caridad rara
ordena que puntualmente se guarde
y para que el debido efecto tenga,
a otros la misma revelación hace.
Obedeciendo Pedro a su precepto,
hizo solemne voto con sus frailes
de redimir, y de quedarse en rehenes
si la necesidad a ello obligare.
Dulce Fundadora nuestra,
muestra que eres nuestra Madre,
y socorre a los cautivos
en tantas necesidades.
Aumenta la caridad,
tu Orden logre el mayor auge,
y hazla agradable a tu Hijo,
puesto que tú la fundaste.
Haznos siempre agradecidos
a ti: y para que en el trance
de la muerte nos salvemos,
muéstranos vuestro semblante.
Amén. Aleluya.
Sobre la imagen que vemos en las fotos:
Próxima entrada: 28 de septiembre (San Simón de Rojas)
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