El Martirologio dice hoy: «Conmemoración de San Elías Tesbita, profeta del Señor en tiempo de Ajab y Ococías, reyes de Israel, que defendió los derechos del único Dios ante el pueblo infiel a su Señor, con tal valor que prefiguró no sólo a Juan Bautista sino al mismo Cristo. No dejó oráculos escritos, pero se le ha recordado siempre fielmente, sobre todo en el Monte Carmelo».
En la iglesia del Patrocinio de San José encontramos un bello vitral consagrado a San Elías:
En el libro "Todos los Santos", de José Luis Repetto, se hace esta reseña de la vida del santo profeta veterotestamentario:
La historia del profeta Elías está relatada en la Biblia en el Libro Primero de los Reyes (capítulos 17 al 21), y en el Libro Segundo de los Reyes (capítulos 1 y 2).
La imagen de Elías en el templo del Patrocinio de San José muestra algunos atributos iconográficos habituales en las representaciones del santo.
El ave que le acerca alimento se basa en 1 Rey 17, 3-6: «"Vete de aquí; encamínate hacia el Oriente y escóndete junto al torrente Querit, que está al este del Jordán. Beberás del torrente, y yo he mandado a los cuervos que te provean allí de alimento". Él partió y obró según la palabra del Señor: fue a establecerse junto al torrente Querit, que está al este del Jordán. Los cuervos le traían pan por la mañana y carne por la tarde, y él bebía del torrente».
La espada flamígera, atributo muy tradicional del santo, alude -en palabras de la "Guía Iconográfica de la Biblia y los Santos" de Duchet-Suchaux y Pastoureau- a «la llama que procede del cielo para caer sobre el holocausto de Elías en el monte Carmelo». En 1 Rey 18, 36-39 se lee: «A la hora en que se ofrece la oblación, el profeta Elías se adelantó y dijo: "¡Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel! Que hoy se sepa que tú eres Dios en Israel, que yo soy tu servidor y que por orden tuya hice todas estas cosas. Respóndeme, Señor, respóndeme, para que este pueblo reconozca que tú, Señor, eres Dios, y que eres tú el que les ha cambiado el corazón". Entonces cayó el fuego del Señor: Abrasó el holocausto, la leña, las piedras y la tierra, y secó el agua de la zanja. Al ver esto, todo el pueblo cayó con el rostro en tierra y dijo: "¡El Señor es Dios! ¡El Señor es Dios!"».
La historia del profeta Elías está relatada en la Biblia en el Libro Primero de los Reyes (capítulos 17 al 21), y en el Libro Segundo de los Reyes (capítulos 1 y 2).
La imagen de Elías en el templo del Patrocinio de San José muestra algunos atributos iconográficos habituales en las representaciones del santo.
El ave que le acerca alimento se basa en 1 Rey 17, 3-6: «"Vete de aquí; encamínate hacia el Oriente y escóndete junto al torrente Querit, que está al este del Jordán. Beberás del torrente, y yo he mandado a los cuervos que te provean allí de alimento". Él partió y obró según la palabra del Señor: fue a establecerse junto al torrente Querit, que está al este del Jordán. Los cuervos le traían pan por la mañana y carne por la tarde, y él bebía del torrente».
La espada flamígera, atributo muy tradicional del santo, alude -en palabras de la "Guía Iconográfica de la Biblia y los Santos" de Duchet-Suchaux y Pastoureau- a «la llama que procede del cielo para caer sobre el holocausto de Elías en el monte Carmelo». En 1 Rey 18, 36-39 se lee: «A la hora en que se ofrece la oblación, el profeta Elías se adelantó y dijo: "¡Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel! Que hoy se sepa que tú eres Dios en Israel, que yo soy tu servidor y que por orden tuya hice todas estas cosas. Respóndeme, Señor, respóndeme, para que este pueblo reconozca que tú, Señor, eres Dios, y que eres tú el que les ha cambiado el corazón". Entonces cayó el fuego del Señor: Abrasó el holocausto, la leña, las piedras y la tierra, y secó el agua de la zanja. Al ver esto, todo el pueblo cayó con el rostro en tierra y dijo: "¡El Señor es Dios! ¡El Señor es Dios!"».
La ropa que viste Elías en el vitral también es mencionada en la Escritura, en un fragmento donde vuelve a aparecer el fuego que desciende del cielo por intercesión del profeta: «El rey les preguntó: "¿Cómo era el hombre que subió al encuentro de ustedes (...)?". Ellos le respondieron: "Era un hombre con un manto de piel y con un cinturón de cuero ajustado a la cintura. Entonces el rey exclamó: "¡Es Elías, el tisbita!". El rey envió a un oficial con sus cincuenta hombres para buscar a Elías. Cuando él subió a buscarlo, lo encontró sentado en la cumbre la montaña, y le dijo: "Hombre de Dios, el rey ha dicho que bajes". Elías respondió al oficial: "Si yo soy un hombre de Dios, que baje fuego del cielo y te devore, a ti y a tus cincuenta hombres". Y bajó fuego del cielo y lo devoró, a él y a sus cincuenta hombres. El rey le volvió a enviar otro oficial con sus cincuenta hombres. Este tomó la palabra y dijo a Elías: "Hombre de Dios, así habla el rey: Baja en seguida". Elías le respondió: "Si yo soy un hombre de Dios, que baje fuego del cielo y te devore, a ti y a tus cincuenta hombres". Y bajo fuego del cielo y lo devoró, a él y a sus cincuenta hombres».
Una foto es de 2016 y las restantes de marzo de 2019.
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