1 de enero de 2022

1° de enero: Solemnidad de Santa María, Madre de Dios

La diócesis de San Justo tiene como Patrona principal a la Santísima Virgen María como Madre de Dios. En su Catedral se venera la bella imagen que ilustra esta entrada, que fotografiamos en octubre de 2019.

El Concilio de Éfeso, en 431, proclamó a María "Madre de Dios".  Es célebre la defensa que de este dogma hizo en la ocasión San Cirilo de Alejandría:

«Salve, María, Madre de Dios, veneradísimo tesoro de todo el orbe, antorcha inextinguible, corona de la virginidad, trono de la recta doctrina, templo indestructible, habitáculo de aquel que no puede ser contenido en lugar alguno, Virgen y Madre por quien se nos ha dado el llamado en los Evangelios "bendito el que viene en nombre del Señor".

Salve, tú que encerraste en tu seno virginal al que es inmenso e inabarcable. Tú, por quien la Santísima Trinidad es adorada y glorificada. Tú, por quien la cruz preciosa es celebrada y adorada en todo el mundo. Tú, por quien exulta el cielo, se alegran los ángeles y arcángeles, huyen los demonios, por quien el diablo tentador fue arrojado del cielo, y la criatura, caída por el pecado, es elevada al cielo...

¿Quién de entre los hombres será capaz de alabar como se merece a María, digna de toda alabanza? Es Virgen y Madre: ¡qué maravilla! Este milagro me llena de estupor. ¿Quién oyó jamás decir que al constructor de un templo se le prohíba entrar en él? ¿Quién podrá tachar de ignominia a quien toma a su propia esclava por Madre?

Nosotros hemos de adorar y respetar la unión del Verbo con la carne, hemos de tener temor de Dios y dar culto a la Santa Trinidad, hemos de celebrar con nuestros himnos a María, la siempre Virgen, templo santo de Dios, y a su Hijo, el Esposo de la Iglesia, nuestro Señor Jesucristo. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén».

Pablo VI, en la Exhortación Apostólica Marialis Cultus (n. 5) señala que  «la renovada solemnidad de la Maternidad de María ...  fijada en el día primero de enero, según la antigua sugerencia de la Liturgia de Roma, está destinada a celebrar la parte que tuvo María en el misterio de la salvación y a exaltar la singular dignidad de que goza la Madre Santa, por la cual merecimos recibir al Autor de la vida; y es, asimismo, ocasión propicia para renovar la adoración al recién nacido Príncipe de la paz, para escuchar de nuevo el jubiloso anuncio angélico (cf. Lc 2, 14), para implorar de Dios, por mediación de la Reina de la paz, el don supremo de la paz». 

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Siempre procuramos en este blog que cada semana haya dos o tres entradas, o, en casos extraordinarios, al menos una.  A lo largo de la historia del blog, desde 2015, hemos totalizado entre 5 y 13 entradas por mes. Pero en esta ocasión nos complace anunciar que, a lo largo de este año,  nuestro blog tendrá un número fijo de 10 entradas por mes. 

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