Del Martirologio Romano de 1956: «En Constantinopla, los santos mártires Alejandro, soldado, y Antonina, virgen; a ésta, en la persecución de Maximiano, condenada por el Presidente Festo a un lugar infame, la sacó secretamente Alejandro, cambiando los vestidos y quedándose allí por ella; por lo cual fue poco después atormentado con ella, y ambos juntos, cortadas las manos, fueron por la fe de Cristo arrojados en la hoguera y, consumado el glorioso combate, fueron coronados».
La foto corresponde a un vitral de la iglesia de Nuestra Señora de Luján (Castrense).
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