10 de agosto de 2023

10 de agosto: Fiesta de San Lorenzo

Veamos la imagen. Se trata de una pintura en la pared perpendicular ubicada a la derecha del retablo mayor de la iglesia del Salvador, sobre la avenida Callao.

Una multitud de santos se encuentra en actitud de adoración a los pies de la Cruz de Cristo. No es posible identificarlos a todos, en parte por el ángulo en que nos vimos obligados a tomar la foto; pero entre ellos se distingue claramente, por llevar el célebre instrumento de su martirio, el diácono San Lorenzo.

El Martirologio elogia al santo con estas palabras: 

«San Lorenzo, diácono y mártir, que fervientemente deseoso, como cuenta San León Magno, de compartir la suerte del papa Sixto II en su martirio, al recibir del tirano la orden de entregar los tesoros de la Iglesia, él, festivamente, le presentó a los pobres en cuyo sustento y abrigo había gastado abundante dinero. Tres días más tarde, por la fe de Cristo venció el suplicio del fuego, y el instrumento de su martirio se convirtió en distintivo de su triunfo. Su cuerpo fue enterrado en Roma, en el cementerio de Campo Verano, conocido desde entonces por su nombre». 

En 2008, durante una visita a la Basílica de San Lorenzo Extramuros en el 1750° aniversario de la muerte del santo, el sabio pontífice Benedicto XVI se refirió al «glorioso martirio de San Lorenzo, archidiácono del Papa San Sixto II y su fiduciario en la administración de los bienes de la comunidad»:

«La historia nos confirma cuán glorioso es el nombre de este santo, ante cuyo sepulcro estamos reunidos. Su solicitud por los pobres, el generoso servicio que prestó a la Iglesia de Roma en el ámbito de la ayuda y de la caridad, y su fidelidad al Papa, que lo impulsó a querer seguirlo en la suprema prueba del martirio y el testimonio heroico de la sangre, que dio sólo pocos días después, son hechos universalmente conocidos.


San León Magno, en una hermosa homilía, comenta así el atroz martirio de este "ilustre héroe": "Las llamas no pudieron vencer la caridad de Cristo; y el fuego que lo quemaba por fuera era más débil del que ardía dentro de él". Y añade: "El Señor quiso exaltar hasta tal punto su nombre glorioso en todo el mundo que, desde Oriente hasta Occidente, en el resplandor vivísimo de la luz irradiada por los más grandes diáconos, la misma gloria que recibió Jerusalén por Esteban tocó también a Roma por los méritos de Lorenzo" (Homilía 85, 4: PL 54, 486)». 

No hay comentarios:

Publicar un comentario