En la misa de hoy, Viernes de la VII Semana de Pascua, se lee el fragmento del Evangelio de San Juan (21, 15-19) en el que Cristo le pregunta a Pedro tres veces si lo ama.
Después de la tercera respuesta, Jesús añade: «Te aseguro que cuando eras joven tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras». El Evangelista señala que «de esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios».
La profecía se hizo realidad cuando, según la tradición unánime, por confesar el Nombre de Jesús en Roma, Pedro fue atado a la cruz y crucificado cabeza abajo, como lo representa esta imagen en la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, sede de la parroquia de San Pedro, en la localidad bonaerense de Chivilcoy, templo que hoy aparece por vez primera en este blog.
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