Hoy celebramos la Memoria de Santa Paula de San José de Calasanz Montal Fornés. Por el azar de las fechas, de los templos que vamos recorriendo alternadamente y de las imágenes que vamos eligiendo para nuestras entradas, esta es la primera vez en la vida de este blog (que ya lleva una década de existencia) en que honramos a esta virgen y fundadora.
Basándonos en la biografía publicada en el sitio oficial del Vaticano, señalemos que «la vida de Paula Montal Fornés de San José de Calasanz, fecunda y profética, casi centenaria, se desenvolvió en un contexto histórico amplio (1799-1889), un período en crisis del agitado siglo XIX español, que se debatía entre los postulados del Antiguo Régimen y las nuevas corrientes liberales, con repercusiones socio-políticas, culturales y religiosas muy notorias».
«Cuatro ciudades fueron especialmente representativas en su vida, bien enraízada en su tierra y en su entorno histórico»:
En Arenys de Mar (Barcelona), vivió su infancia y su juventud. Allí nació, el 11 de octubre de 1799; ese mismo día fue bautizada. Se formó en un ambiente familiar cristiano y sencillo y participó en la vida espiritual de la parroquia local. Desde los 10 años conoció la dureza del trabajo para ayudar a su madre, viuda con cinco hijos, de los cuales ella era la mayor. Al constatar, por propia experiencia, las escasas posibilidades de acceso a la educación y a la cultura que tenían las niñas, las jóvenes y mujeres, se sintió llamada por Dios a realizar esa tarea.
En 1829, con su incondicional amiga Inés Busquets, se trasladó a Figueras (Gerona), donde abrió su primera escuela de niñas, con amplios programas educativos, que superaban con creces lo legislado para los niños. Era una escuela nueva. Allí comenzó de manera exclusiva su apostolado educativo con las niñas, y nació un carisma nuevo en la Iglesia: una obra apostólica encaminada a la educación integral humana y cristiana de las niñas y jóvenes, así como a la promoción de la mujer, para salvar las familias y transformar la sociedad. Sus seguidoras se distinguirían por profesar un cuarto voto de enseñanza.
En Sabadell (Barcelona), su obra se injertó en la tarea educativa de las Escuelas Pías. Por lo menos desde 1837 se sentía totalmente identificada con el carisma de San José de Calasanz, y quería vivir la espiritualidad y reglas calasancias. Con esa finalidad, tras la fundación de una segunda escuela en su villa natal (donde entró en contacto directo con los Padres Escolapios de Mataró), abrió una tercera escuela en Sabadell en 1846. Allí se produjo la estructuración canónica escolapia de su naciente Congregación. El 2 de febrero de 1847 profesó como Hija de María Escolapia, junto a sus tres primeras compañeras: Inés Busquets, Felicia Clavell y Francisca de Domingo. En el Capítulo General celebrado en Sabadell el 14 de marzo de 1847 no fue elegida Superiora General, ni asistenta general.
Entre 1829 y 1859, realizó una intensa actividad fundando personalmente siete escuelas, e inspiró y ayudó a la fundación de otras cuatro. Fue además la formadora de las 130 primeras escolapias de la Congregación.
Olesa de Montserrat (Barcelona), en 1859, fue su última fundación personal. Se trataba de un pueblo pequeño y pobre, al pie del Monasterio de la Virgen de Montserrat, a la que profesó una gran devoción. Fue su fundación predilecta, en la que permaneció 30 años, hasta su muerte, el 26 de febrero de 1889.
«El trazado de la fisonomía espiritual de Madre Paula Montal comprende dos facetas: su participación en la espiritualidad calasancia y su peculiar carisma educativo, encaminado a la formación integral humano cristiana de la mujer.
A su muerte, la Congregación de Hijas de María, Religiosas de las Escuelas Pías, por ella fundada, la formaban 346 escolapias, que ejercitaban el carisma educativo escolapio, legado por su Fundadora, en 19 colegios, extendidos por toda la geografía española. El proceso canónico para su beatificación se inició en Barcelona, el 3 de mayo de 1957».
San Juan Pablo II la beatificó en 1993 y la canonizó en 2001.
La vida y la obra de Santa Paula Montal son un mensaje para «nuestra sociedad, lacerada por tantas tensiones, donde la educación integral para todos, la promoción de la mujer, la familia, la juventud, son temas candentes sin resolver (...). Su carisma en el siglo XIX, fue anuncio de amor y esperanza, especialmente para la mujer, que descubrió en ella a la madre y maestra de la juventud femenina.Y hoy sigue siendo tan urgente y de plena actualidad como entonces».
La imagen que ilustra esta entrada se encuentra en la iglesia de San José de Calasanz. La fotografiamos en 2017.
No hay comentarios:
Publicar un comentario