Dos veces (en 2016 y en 2024) nos ocupanos de esta santa. En ambas ocasiones lo hicimos a través de imágenes del mismo templo, la iglesia porteña de San Ildefonso.
En efecto, Margarita de Cortona "durante nueve años convivió escandalosamente en Montepulciano con un hombre que acabó asesinado. Ella marchó a Cortona, vistió el hábito de terciaria y emprendió un nuevo camino bajo la guía de los franciscanos", marcado por la oración y la penitencia.
Sobresalió también por sus obras de caridad y por su ardiente amor a la Eucaristía y a la Pasión del Señor (lo que se aprecia en otras representaciones iconográficas, como vimos aquí).
Margarita nació en Laviano en 1247 y murió en Cortona en 1297.
La canonizó Benedicto XIII en 1728.
El Propio de los franciscanos (de donde procede también el texto entrecomillado del párrafo anterior) trae este hermoso y significativo Himno de Laudes para la Memoria de hoy:
Amor, si amor, amor es siempre poco.Lo supiste primero en tu pecado,
escandaloso amor, idolatrado,
de la moral furtivo y a lo loco.
Pero Dios te esperaba en la espesura,
pieza cobrada con tu amante muerto,
para decirte con su amor despierto
que no es amor el que tan poco dura.
Y cambiaste de amor radicalmente,
y despreciaste afeites de belleza,
y te vestiste de áspera pobreza,
enamoradamente penitente.
Todo era poco para amarle: el día,
la noche, el corazón, las voces,
las penitencias, las cruces y los goces.
¡Amarle, amar, todo tu ser ansía!
Muéstranos, «Magdalena» Margarita,
los caminos sublimes del amor,
por los que en ti se conquistó el Señor
alabanzas sin fin, gloria infinita. Amén.
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