En el undécimo Domingo Durante el Año del Ciclo B se proclama una perícopa tomada del Evangelio de San Marcos (4, 26-34), que transcribimos aquí omitiendo los dos últimos versículos:
«Jesús decía a la multitud:
"El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra por sí misma produce primero un tallo, luego una espiga, y al fin grano abundante en la espiga. Cuando el fruto está a punto, él aplica en seguida la hoz, porque ha llegado el tiempo de la cosecha".
También decía:
"¿Con qué podríamos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola nos servirá para representarlo? Se parece a un grano de mostaza. Cuando se la siembra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra, pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las hortalizas, y extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su sombra"».
La imagen del sembrador que aparece en la lectura se encuentra bellamente representada en un vitral de la iglesia apostólica armenia dedicada a San Gregorio Iluminador en Armenia y Niceto Vega, que visité en julio de 2017, ocasión en que tomé la foto de esta entrada.
En la imagen (vemos abajo un detalle) es Jesús mismo el sembrador.
San Juan Crisóstomo comenta sobre este fragmento: «El reino de Dios es la fe en Él y en el misterio de su encarnación. Este reino viene a ser a manera de un hombre que siembra su heredad, porque siendo Dios e Hijo de Dios, y haciéndose hombre sin cambiar de existencia, sembró por nosotros la tierra, esto es, iluminó todo el mundo con la palabra del conocimiento divino». Y Beda el Venerable: «Muchos entienden que el hombre que siembra es el Salvador».
Próxima entrada: 19 de junio (San Judas Tadeo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario