13 de agosto de 2019

13 de agosto: Beatos Mártires Claretianos de Barbastro

El  20 de julio de 1936, un grupo de anarquistas armados irrumpió en la comunidad de Misioneros Claretianos de Barbastro, en España. A pesar de no encontrar armas, que era lo que buscaban los agresores, los misioneros -la mayoría jóvenes- fueron detenidos. Dos sacerdotes lograron salvar la Eucaristía, en parte la consumieron y en parte la escondieron en una valija y entre su ropa.  A partir del 2 de agosto, en diversas tandas (los días 2, 12, 13, 15 y 18 de ese mes), todos ellos -en total 51- fueron fusilados. Murieron al grito de «¡Viva Cristo Rey!». Hoy se los recuerda a todos conjuntamente, en el día de la muerte de algunos de ellos.

De la homilía del Papa Juan Pablo II en la misa de la beatificación (25 de octubre de 1992):

«Todo un seminario afronta con generosidad y valentía su ofrenda martirial al Señor. La entereza espiritual y moral de esos jóvenes nos ha llegado a través de testigos oculares y también por sus escritos. A este respecto son bien elocuentes los testimonios personales que los jóvenes seminaristas nos han transmitido. Uno de ellos escribiendo a su familia dice: "Al recibir estas líneas canten al Señor por el don tan grande y señalado como es el martirio que el Señor se digna concederme". Otro escribía también: «¡Viva el Corazón Inmaculado de María! Nos fusilan únicamente por ser religiosos» y añade en su lengua materna: "No ploreu per mi. Soc màrtir de Jesucrist".

Estos mártires expresaban su firme decisión de dedicarse al ministerio sacerdotal en los siguientes términos: "Ya que no podemos ejercer el sagrado ministerio en la tierra, trabajando por la conversión de los pecadores, haremos como Santa Teresita: pasaremos nuestro cielo haciendo bien en la tierra".

Todos los testimonios recibidos nos permiten afirmar que estos claretianos murieron por ser discípulos de Cristo, por no querer renegar de su fe y de sus votos religiosos. Por eso, con su sangre derramada nos animan a todos a vivir y morir por la Palabra de Dios que hemos sido llamados a anunciar.

Los mártires de Barbastro, siguiendo a su fundador San Antonio María Claret, que también sufrió un atentado en su vida, sentían el mismo deseo de derramar la sangre por amor de Jesús y de María, expresada con esta exclamación tantas veces cantada: "Por ti, mi Reina, la sangre dar". El mismo Santo había trazado un programa de vida para sus religiosos: "Un hijo del Corazón Inmaculado de María es un hombre que arde en caridad y que abrasa por donde pasa; que desea eficazmente y procura, por todos los medios, encender a todo el mundo en el fuego del divino amor"». 




Himno del Oficio de lecturas

 Testigos de la fe y del Evangelio,
Mártires de Barbastro,
gloria de la Congregación y de la Iglesia,
anuncio del Señor resucitado,
profetas del amor y la esperanza,
Mártires Claretianos.
Cantando a Cristo Rey ganáis la altura,
nostalgia nos dejáis en vuestro vuelo.
María es vuestra Madre y vuestra reina;
su limpio Corazón es vuestro cielo.

La reliquia que vemos en la foto se venera en la iglesia del Inmaculado Corazón de María, ubicada en el barrio de Constitución.

4 comentarios:

  1. Gracias por este recuerdo tan atinado de la memoria de los Mártires claretianos de Barbastro. La historia es maestra de vida. Es una página triste y gloriosa a la vez de la Iglesia y de España. El odium fidei fue el acicate para llegar a ello. Una excelente película muestra cabalmente estos hechos; puede verse en https://youtu.be/sw_3J8NPLUU .Muy recomendable.

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  2. yo estoy haciendo un trabajo de estooooo muchas grasias por conpartir esto

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