«Queridos hermanos y hermanas, invoquemos con confianza (...) la protección de los ángeles custodios (...). La presencia invisible de estos espíritus bienaventurados nos es de gran ayuda y consuelo: caminan a nuestro lado y nos protegen en toda circunstancia, nos defienden de los peligros y podemos recurrir a ellos en cualquier momento. Muchos santos mantuvieron con los ángeles una relación de verdadera amistad, y son numerosos los episodios que testimonian su ayuda en ocasiones particulares. Como recuerda la carta a los Hebreos, los ángeles son enviados por Dios "a asistir a los que han de heredar la salvación" (Hb 1, 14), y, por tanto, son para nosotros un auxilio valioso durante nuestra peregrinación terrena hacia la patria celestial».
Son palabras de Benedicto XVI en Castelgandolfo, el 29 de septiembre de 2008. Con ellas, y con dos imágenes de ángeles "músicos", en fotos que tomamos en la iglesia de San Antonio, en Areco, en enero de este año, celebramos la Memoria de hoy.
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