18 de junio de 2025

18 de junio: San Gregorio Barbarigo

Mis padres eran miembros de la Congregación Mariana. En mi casa se conservaba, como una reliquia que luego heredé, un "diploma de las Congregaciones Marianas", de expreso carácter «histórico-apologético». En él se pretendía «dar artísticamente una idea de la grandeza de la institución, del brillo y esplendor del espíritu de piedad, actividad y celo que caracterizan su gloriosa historia».


El diploma muestra en el centro a la Virgen María rodeada de santos y personajes célebres vinculados con las Congregaciones Marianas, así como de figuras alegóricas y diversos textos.




Uno de los santos representados -en este caso por haber sido congregante mariano- es Gregorio Barbarigo, cuya Memoria se celebra hoy. Así lo elogia el Martirologio Romano:

«En Padua, en el territorio de Venecia, San Gregorio Barbarigo, obispo, que instituyó un seminario para clérigos, enseñó el catecismo a los niños en su propio dialecto, celebró un sínodo, mantuvo coloquios con su clero y abrió muchas escuelas, mostrándose liberal con todos y exigente consigo mismo».

Gregorio nació en Venecia en 1625 en una familia de antiguo y noble linaje. Recibió una sólida educación intelectual y religiosa en su su ciudad natal. Apenas tenía 20 años cuando el gobierno veneciano lo eligió como acompañante de su embajador al Congreso de Münster, donde se firmó el Tratado de Westfalia, que puso fin a la Guerra de Treinta Años. Durante su estancia en Münster, Barbarigo trabó amistad con el nuncio apostólico, Fabio Chigi, futuro papa Alejandro VII. Influido por Chigi, se orientó al sacerdocio; completó sus estudios en Padua.

En 1657, Alejandro VII lo nombró Obispo de Bérgamo; en 1660 lo hizo cardenal; cuatro años más tarde fue trasladado como Obispo de Padua.

Su labor pastoral  fue notable. Se destacó por su prodigalidad, benignidad y  piedad; fomentó la cultura y la educación. Murió pacíficamente el 15 de junio de 1697. 

Fue beatificado en 1761 y canonizado por Juan XXIII el 26 de mayo de 1960.

15 de junio de 2025

Solemnidad de la Santísima Trinidad

 


La iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, en Palermo, fue edificada en 1890 y restaurada tras un incendio ocurrido en 1927.  En su forma actual, en la parte superior del ábside hay una pintura que representa a la Santísima Trinidad en la forma comúnmente llamada Thronum Gratiae.

Siguiendo la composición tradicional, el Thronum Gratiae del templo que hoy visitamos  incluye a Dios Padre entronizado y coronado, con las piernas ligeramente abiertas, que toma en sus manos los dos brazos del travesaño horizontal de la Cruz, en la que está Cristo crucificado. El Espíritu Santo está representado entre ambos, en forma de paloma. Se ven a ambos lados de la cabeza del Padre las letras griegas Alfa y Omega. Todo el conjunto está inscripto dentro de una mandorla.


Por ambos flancos se ven sendos grupos de ángeles radiantes  (se observan nueve de cada lado, suponemos que representando a los nueve coros angélicos) en actitud de adoración. Un ángel de cada lado sostiene una cinta con la palabra "Sanctus".


Terminamos nuestra entrada con la última frase de la Segunda Lectura de hoy (2 Cor 8, 14-17)

La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo permanezcan con todos ustedes.

14 de junio de 2025

Santa María "en sábado"

El Museo de Arte Sacro de la Fundación Nicolás Darío Latourette Bo, ubicado en la ciudad de Asunción, expone esta imagen de la Virgen María:




Se trata, como puede leerse, de una talla en madera del siglo XVIII.

Con esta imagen, que tomamos en enero de 2024, nos unimos a esta nueva Memoria de Santa María "en sábado".

11 de junio de 2025

11 de junio: San Bernabé

Una sola vez en la vida de este blog (aquí) nos ocupamos de San Bernabé, uno de los poquísimos a quienes, fuera de los Doce, la tradición litúrgica de la Iglesia llama "apóstoles".

Ocurre que, pese a la importancia que tuvo su labor evangelizadora junto a San Pablo, Bernabé no tiene un lugar destacado en la piedad popular, como expresamente lo señala J. Pascher en su obra "El año litúrgico": el santo «no goza de gran atención entre el pueblo». Por ello no es tan frecuente encontrar su imagen en nuestras iglesias.

El único templo porteño en que hasta ahora encontramos a San Bernabé es la hermosa Basílica de Nuestra Señora de la Piedad. Tomamos esta primera foto en 2016:


En su catequesis durante la audiencia general del 31 de enero de 2007 el papa Benedicto XVI se refirió a San Bernabé:

Prosiguiendo nuestro viaje entre los protagonistas de los orígenes cristianos, hoy dedicamos nuestra atención a otros colaboradores de San Pablo. Tenemos que reconocer que el Apóstol es un ejemplo elocuente de hombre abierto a la colaboración: en la Iglesia no quiere hacerlo todo él solo, sino que se sirve de numerosos y diversos compañeros. No podemos detenernos a considerar todos estos valiosos ayudantes, pues son muchos. (...) Hoy, entre todo este conjunto de colaboradores y colaboradoras de San Pablo, centramos nuestra atención en tres de estas personas que desempeñaron un papel particularmente significativo en la evangelización de los orígenes: Bernabé, Silas y Apolo.

"Bernabé", que significa "hijo de la exhortación" (Hch 4, 36) o "hijo del consuelo", es el sobrenombre de un judío levita oriundo de Chipre. Habiéndose establecido en Jerusalén, fue uno de los primeros en abrazar el cristianismo, tras la resurrección del Señor. Con gran generosidad vendió un campo de su propiedad y entregó el dinero a los Apóstoles para las necesidades de la Iglesia (cf. Hch 4, 37). Se hizo garante de la conversión de Saulo ante la comunidad cristiana de Jerusalén, que todavía desconfiaba de su antiguo perseguidor (cf. Hch 9, 27). Enviado a Antioquía de Siria, fue a buscar a Pablo, en Tarso, donde se había retirado, y con él pasó un año entero, dedicándose a la evangelización de esa importante ciudad, en cuya Iglesia Bernabé era conocido como profeta y doctor (cf. Hch 13, 1).

Así, Bernabé, en el momento de las primeras conversiones de los paganos, comprendió que había llegado la hora de Saulo, el cual se había retirado a Tarso, su ciudad. Fue a buscarlo allí. En ese momento importante, en cierta forma, devolvió a Pablo a la Iglesia; en este sentido, le entregó una vez más al Apóstol de las Gentes. La Iglesia de Antioquía envió a Bernabé en misión, junto a Pablo, realizando lo que se suele llamar el primer viaje misionero del Apóstol. En realidad, fue un viaje misionero de Bernabé, pues él era el verdadero responsable, al que Pablo se sumó como colaborador, recorriendo las regiones de Chipre y Anatolia centro-sur, en la actual Turquía, con las ciudades de Atalía, Perge, Antioquía de Pisidia, Iconio, Listra y Derbe (cf. Hch 13-14). Junto a Pablo, acudió después al así llamado concilio de Jerusalén, donde, después de un profundo examen de la cuestión, los Apóstoles con los ancianos decidieron separar de la identidad cristiana la práctica de la circuncisión (cf. Hch 15, 1-35). Sólo así, al final, permitieron oficialmente que fuera posible la Iglesia de los paganos, una Iglesia sin circuncisión: somos hijos de Abraham solamente por la fe en Cristo.

Los dos, Pablo y Bernabé, se enfrentaron más tarde, al inicio del segundo viaje misionero, porque Bernabé quería tomar como compañero a Juan Marcos, mientras que Pablo no quería, dado que el joven se había separado de ellos durante el viaje anterior (cf. Hch 13, 13; 15, 36-40). Por tanto, también entre los santos existen contrastes, discordias, controversias. Esto me parece muy consolador, pues vemos que los santos no "han caído del cielo". Son hombres como nosotros, incluso con problemas complicados. La santidad no consiste en no equivocarse o no pecar nunca. La santidad crece con la capacidad de conversión, de arrepentimiento, de disponibilidad para volver a comenzar, y sobre todo con la capacidad de reconciliación y de perdón.

De este modo, Pablo, que había sido más bien duro y severo con Marcos, al final se vuelve a encontrar con él. En las últimas cartas de San Pablo, a Filemón y en la segunda a Timoteo, Marcos aparece precisamente como "mi colaborador". Por consiguiente, lo que nos hace santos no es el no habernos equivocado nunca, sino la capacidad de perdón y reconciliación. Y todos podemos aprender este camino de santidad.

En todo caso, Bernabé, con Juan Marcos, se dirigió a Chipre (cf. Hch 15, 39) alrededor del año 49. A partir de entonces se pierden sus huellas. Tertuliano le atribuye la carta a los Hebreos, lo cual es verosímil, pues, siendo de la tribu de Leví, Bernabé podía estar interesado en el tema del sacerdocio. Y la carta a los Hebreos nos interpreta de manera extraordinaria el sacerdocio de Jesús.

(...)

Luego el Papa se refiere a Silas y a Apolo, y finalmente añade:

Estos tres hombres brillan en el firmamento de los testigos del Evangelio por una característica común, además de por las características propias de cada uno. En común, además del origen judío, tienen la entrega a Jesucristo y al Evangelio, así como el hecho de que los tres fueron colaboradores del apóstol San Pablo. En esta misión evangelizadora original encontraron el sentido de su vida y de este modo se nos presentan como modelos luminosos de desinterés y generosidad.

Por último, pensemos una vez más en la frase de San Pablo: tanto Apolo como yo somos ministros de Jesús, cada uno a su manera, pues es Dios quien da el crecimiento. Esto vale también hoy para todos, tanto para el Papa como para los cardenales, los obispos, los sacerdotes y los laicos. Todos somos humildes ministros de Jesús. Servimos al Evangelio en la medida en que podemos, según nuestros dones, y pedimos a Dios que él haga crecer hoy su Evangelio, su Iglesia.

9 de junio de 2025

9 de junio: San Efrén

 

Entre los numerosos santos que aparecen en el mural de los santos del Patriarcado de Antioquía, en la iglesia San Jorge, se encuentra San Efrén el Sirio, a quien así elogia hoy el Martirologio Romano:

«San Efrén, diácono y Doctor de la Iglesia, que primero ejerció en Nísibe, su patria, el ministerio de la predicación y la enseñanza de la doctrina, y más tarde, al invadir Nísibe los persas, se trasladó a Edesa, en Osroene, donde inició una escuela teológica con los discípulos que le habían seguido, en la que ejerció su ministerio con la palabra y los escritos. Fue célebre por su austeridad de vida y la riqueza de su doctrina, y por los exquisitos himnos que también compuso mereció ser llamado "cítara del Espíritu Santo"».

En nuestra entrada del 9 de junio de 2021, con palabras de Benedicto XVI, nos ocupamos de la vida y obra de San Efrén. Hoy, en cambio, aprovechando que en este día también se celebra la Memoria de María, Madre de la Iglesia, transcribiremos fragmentos de un cántico admirable que en honor de María compuso el sabio poeta.

1. Entona himnos, cítara mía, en alabanza de la Virgen María; eleva tu voz y modula el cántico admirable de esta virgen, hija de David, que dio a luz a la Vida.
3. Engañó el hijo a la serpiente y la pisoteó, e hizo olvidar a Eva el veneno que le había inoculado el mortífero dragón, quien, mediante la mentira aquella la había hundido en el infierno.
16. María es el vellocino sobre el cual descendió del Padre la lluvia de bendición, con cuyas gotas fue asperjado Adán. Y volvió a la vida, y se levantó del sepulcro el que había sido sepultado en el infierno por sus enemigos.
20. Esta Virgen se convirtió en Madre, y conservó intacta su virginidad: siendo virgen lleva en su seno al niño y es Madre de Dios, esclava suya y obra de su sabiduría. 
23. El Verbo de Dios descendió del alto cielo y habitó en la doncella; ésta lo concibió y lo dio a luz. Todo lo referente a esta casta virgen sobrepasa cuanto profieran los labios de cuantos hablan de ella.
27. María lleva el fuego entre sus dedos y con sus brazos abraza la llama. El incendio que la alimentaba asía sus pechos; ella daba su leche al que alimenta a todos los seres. ¿Quién podrá hablar dignamente de ella?
29. El hijo de la tierra trajo al mundo las enfermedades y los dolores y abrió la puerta a la muerte que, entrando, encadenó al mundo. Pero el Hijo de María asumió los dolores del mundo y le hizo el don de la vida.
30. María, conservando intacta su virginidad, como tierra bendita no arada, hizo germinar en su seno el árbol de la vida; gracias a su misericordia todos cuantos comen de él, viven.
37. María, fuente pura, concibió en su seno al torrente de vida, que descendió al mundo vivificando a todos los muertos que, por él, renacieron.
38. María es el templo puro en el que se hospeda Dios, el huésped eterno; en ella se realizó de un modo admirable el misterio por el cual el hombre se hace Dios y Adán es llamado hijo por el Padre.
40. María es la vid que brotó de la raíz bendita de David, cuyos ramos produjeron el racimo de sangre viviente. Adán bebió ese vino, se levantó y volvió al Edén.
44. ¡Oíd las alabanzas en el carro de triunfo de Dios, y los cánticos de la Virgen Madre! ¡En el carro de triunfo, su poder, y en María, su amor! El querubín alaba con temor, la virgen madre acaricia.
45. La voz de la vida es enviada por Ti, oh, Altísimo, al reino de los muertos y dice a Eva: "Una hija tuya, permaneciendo virgen, dio a luz a un hijo que pagó tu deuda".
51. Bendita eres, María, hija de David; y bendito es el fruto que nos diste. Alabado sea el Padre que envió a su Hijo para nuestra redención y bendito el Espíritu Paráclito que nos enseñó este misterio. Alabado sea su nombre.

San Efrén, Carmina Sogita 1 (selección)

6 de junio de 2025

6 de junio: San Marcelino Champagnat

 

San Marcelino Champagnat "debuta" hoy en este blog, así como el templo parroquial del Santo Cristo, donde tomamos las fotos de esta entrada.

Marcelino Benito José Champagnat nació en 1789, en los convulsionados tiempos de la Revolución Francesa. En 1805 ingresó en el seminario menor de VerrièreEn 1815, un nuevo seminarista, Jean Claude Courveille, les comunicó a algunos compañeros su proyecto de una sociedad de religiosos  llamada "Sociedad de María". Marcelino Champagnat, entre otros, se unió a la idea. Más tarde Marcelino incorporó al proyecto su idea de los Hermanos para la educación cristiana y la alfabetización de los niños de las zonas rurales.

El 22 de julio de 1816, junto con Colin, Courveille y otros 50 compañeros, Marcelino fue ordenado sacerdote a los 27 años. Al día siguiente los 12 signatarios de la promesa de constituir la Sociedad de María, capitaneados por el promotor de la idea, P. Courveille, fueron al santuario de Ntra. Sra. de Fourvière, donde participaron de la misa, se consagraron a María y prometieron solemnemente dedicarse a establecer la mencionada Sociedad.

Marcelino fue destinado a una parroquia rural, donde desarrolló un intenso y fecundo apostolado.

El 2 de enero de 1817 fundó la congregación de los Hermanos Maristas  o  Hermanitos de María. ​

En noviembre de 1818 fundó la primera escuela en su pueblo natal, Marlhes, y al año siguiente en su parroquia, La Valla. En el lapso de los siguientes 22 años, hasta su muerte, fundó más de 40 escuelas, en las que se educaron unos 7000 alumnos. En el mismo lapso, la congregación por él fundada tenía unos dejó 280 hermanos, sin contar los casi 50 que ya habían fallecido.



Murió en 1840. Fue beatificado en 1955 y canonizado en 1999 por Juan Pablo II, quien dijo en esa ocasión:

«¿No ardía nuestro corazón mientras nos explicaba las Escrituras?». Este deseo ardiente de Dios que tenían los discípulos de Emaús se manifestó vivamente en Marcelino Champagnat, que fue un sacerdote conquistado por el amor de Jesús y de María. Gracias a su fe inquebrantable, permaneció fiel a Cristo, incluso en medio de las dificultades, en un mundo a menudo sin el sentido de Dios. También nosotros estamos llamados a fortalecernos con la contemplación de Cristo resucitado, siguiendo el ejemplo de la Virgen María.

San Marcelino anunció el Evangelio con un corazón ardiente. Fue sensible a las necesidades espirituales y educativas de su época, especialmente a la ignorancia religiosa y a las situaciones de abandono que vivía particularmente la juventud. Su sentido pastoral es ejemplar para los sacerdotes: llamados a proclamar la buena nueva, también deben ser verdaderos educadores para los jóvenes, que buscan un sentido a su existencia, acompañando a cada uno en su camino y explicándoles las Escrituras. El padre Champagnat es, asimismo, un modelo para los padres y los educadores: les ayuda a contemplar con esperanza a los jóvenes y a amarlos con un amor total, que favorece una verdadera formación humana, moral y espiritual.

Marcelino Champagnat nos invita, además, a ser misioneros, para dar a conocer y hacer amar a Jesucristo, como lo hicieron los Hermanos Maristas incluso en Asia y Oceanía. Con María como guía y Madre, el cristiano es misionero y servidor de los hombres. Pidamos al Señor un corazón tan ardiente como el de Marcelino Champagnat, para reconocerlo y ser sus testigos.


3 de junio de 2025

Martes de la VII Semana de Pascua

Las Primeras Lecturas de las misas feriales del Tiempo Pascual estan tomadas del libro de los Hechos de los Apóstoles. Hoy, Martes de la Séptima Semana de Pascua, se proclama este fragmento (Hech 20, 17-27), del cual remarcamos una frase por los motivos que se develarán al ver la imagen:

«Pablo, desde Mileto, mandó llamar a los presbíteros de la Iglesia de Efeso. Cuando estos llegaron, Pablo les dijo:

"Ya saben cómo me he comportado siempre con ustedes desde el primer día que puse el pie en la provincia de Asia. He servido al Señor con toda humildad y con muchas lágrimas, en medio de las pruebas a que fui sometido por las insidias de los judíos. Ustedes saben que no he omitido nada que pudiera serles útil; les prediqué y les enseñé tanto en público como en privado, instando a judíos y a paganos a convertirse a Dios y a creer en nuestro Señor Jesús. Y ahora, como encadenado por el Espíritu, voy a Jerusalén sin saber lo que me sucederá allí. Sólo sé que, de ciudad en ciudad, el Espíritu Santo me va advirtiendo cuántas cadenas y tribulaciones me esperan. Pero poco me importa la vida, mientras pueda cumplir mi carrera y la misión que recibí del Señor Jesús: la de dar testimonio de la Buena Noticia de la gracia de Dios.

Y ahora sé que ustedes, entre quienes pasé predicando el Reino, no volverán a verme. Por eso hoy declaro delante de todos que no tengo nada que reprocharme respecto de ustedes. Porque no hemos omitido nada para anunciarles plenamente los designios de Dios"».


La frase destacada (Hech 20, 19) es transcripta así en algunas Biblias en lengua inglesa: "Serving the Lord with all humility of mind, and with many tears, and temptations, which befell me by the lying in wait of the Jews". La expresión "Serving the Lord with all humility of mind" está escrita en el vitral que ilustra esta entrada, que pertenece a la Iglesia Presbiteriana San Andrés, que hoy visitamos por primera vez.

Leemos en Art Bible este comentario (traducción del inglés proporcionada por Google):

«El versículo Hechos 20:19 en la  versión King James de la Biblia dice: "Sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas y pruebas que me sobrevinieron por las asechanzas de los judíos". Este versículo lo pronuncia el apóstol Pablo mientras reflexiona sobre su ministerio y los desafíos que enfrentó al servir al Señor.

(...) Pablo enfatiza la importancia de servir al Señor con humildad de mente, reconociendo su propia debilidad y dependencia de Dios. Esta humildad se contrasta con las lágrimas y las tentaciones que soportó, demostrando las pruebas y dificultades que a menudo acompañan una vida de fe. A pesar de estos desafíos, Pablo se mantuvo firme en su compromiso de servir al Señor, mostrando resiliencia y perseverancia frente a la adversidad.

El contexto de este versículo es importante para entender su significado. Pablo está hablando a los ancianos de la iglesia de Éfeso, preparándose para dejarlos y viajar a Jerusalén. Sabe que enfrentará más persecución y dificultades, pero está decidido a seguir predicando el evangelio y cumpliendo su llamado. En este contexto, las palabras de Pablo transmiten un sentido de urgencia y determinación, ya que implora a los ancianos a permanecer fieles y vigilantes en su propio ministerio.

(...) En un mundo donde el orgullo y la confianza en uno mismo suelen ser valorados, el énfasis de Pablo en la humildad sirve como recordatorio de la verdadera fuente de poder y eficacia en el servicio cristiano. Las lágrimas y las tentaciones que menciona simbolizan las pruebas y tribulaciones que los creyentes pueden enfrentar mientras buscan seguir a Cristo. Estos desafíos pueden tomar muchas formas, incluyendo la persecución, la duda y las luchas internas, pero el ejemplo de Pablo anima a los creyentes a permanecer firmes en su fe a pesar de estos obstáculos.

En general, Hechos 20:19 es un poderoso recordatorio de las exigencias y las recompensas de una vida dedicada a servir al Señor. (...) En un mundo que a menudo valora la autosuficiencia y el éxito, el mensaje de este versículo es tan relevante y desafiante hoy como lo fue en la época del apóstol Pablo».

1 de junio de 2025

Domingo VII de Pascua

En el Ciclo C, la Segunda Lectura de la misa del Séptimo Domingo de Pascua (en los lugares en que no está  ocupado por la Solemnidad de la Ascensión)   dice así:

Yo, Juan, escuché una voz que me decía:

Pronto regresaré trayendo mi recompensa, para dar a cada uno según sus obras. Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Ultimo, el Principio y el Fin. ¡Felices los que lavan sus vestiduras para tener derecho a participar del árbol de la vida y a entrar por las puertas de la Ciudad!

Yo Jesús, he enviado a mi mensajero para dar testimonio de estas cosas a las Iglesias. Yo soy el Retoño de David y su descendencia, la Estrella radiante.

El Espíritu y la Esposa dicen: «¡Ven!», y el que escucha debe decir: «¡Ven!». Que venga el que tiene sed, y el que quiera, que beba gratuitamente del agua de la vida.

El que garantiza estas cosas afirma: «¡Sí, volveré pronto!».

¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!

(Apoc 22, 12-14.16-17.20) 

Las palabras en negrita están representadas en la pintura del techo de la Basílica de la Inmaculada Concepción, de Concepción del Uruguay.

31 de mayo de 2025

31 de mayo: Fiesta de la Visitación de María

La fiesta de la Visitación es una de «las celebraciones que conmemoran acontecimientos salvíficos, en los que la Virgen estuvo estrechamente vinculada al Hijo».  Hoy «la Liturgia recuerda a la "Santísima Virgen... que lleva en su seno al Hijo" (Misal Romano, Oración Colecta del 31 de mayo), que se acerca a Isabel para ofrecerle la ayuda de su caridad y proclamar la misericordia de Dios Salvador». Son palabras de la Exhortación Apostólica Marialis Cultus, de Pablo VI, que nos dan el marco para compartir esta hermosa imagen de la iglesia de San José, en San Isidro, provincia de Buenos Aires. Visitamos ese templo por primera vez en este blog.


Oración Colecta

Dios todopoderoso y eterno,

que inspiraste a la Virgen María,

cuando llevaba en su seno a tu Hijo, 

el deseo de visitar a Isabel,

concédenos que, dóciles al Espíritu Santo,

podamos proclamar siempre con ella tu grandeza.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo

que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo

y es Dios, por los siglos de los siglos.

30 de mayo de 2025

30 de mayo: San Fernando

Hoy, por primera vez, nos ocupamos en este blog de la gran figura de San Fernando, rey, de quien se ha dicho:  «es, sin hipérbole, el español más ilustre de uno de los siglos cenitales de la historia humana, el XIII, y una de las figuras máximas de España; quizá con Isabel la Católica la más completa de toda nuestra historia política» ¹.

Así lo menciona en su elogio el Martirologio Romano:

«San Fernando III, rey de Castilla y de León, que fue prudente en el gobierno del reino, protector de las artes y las ciencias, y diligente en propagar la fe. Descansó finalmente en la ciudad de Sevilla».


Fernando III, nacido en 1198, era hijo de Alfonso IX, rey de León, y de Berengaria (o Berenguela), la hija mayor de Alfonso III de Castilla y de una de las hijas de Enrique II de Inglaterra. La hermana de Berengaria, Blanca de Castilla, era su tía; el hijo de esta, San Luis de Francia, era su primo.

Accedió al trono cuando tenía dieciocho años. 

«Fernando III no conoció la derrota ni casi el fracaso. Triunfó en todas las empresas interiores y exteriores. (...) 

Fernando III unió definitivamente las coronas de Castilla y León. Reconquistó casi toda Andalucía y Murcia. Los asedios de Córdoba, Jaén y Sevilla y el asalto de otras muchas otras plazas menores tuvieron grandeza épica. El rey moro de Granada se hizo vasallo suyo. Una primera expedición castellana entró en África, y nuestro rey murió cuando planeaba el paso definitivo del Estrecho. Emprendió la construcción de nuestras mejores catedrales (Burgos y Toledo ciertamente; quizá León, que se empezó en su reinado). Apaciguó sus Estados y administró justicia ejemplar en ellos. Fue tolerante con los judíos y riguroso con los apóstatas y falsos conversos. Impulsó la ciencia y consolidó las nacientes universidades. Creó la marina de guerra de Castilla. Protegió a las nacientes Ordenes mendicantes de franciscanos y dominicos y se cuidó de la honestidad y piedad de sus soldados. Preparó la codificación de nuestro derecho e instauró el idioma castellano como lengua oficial de las leyes y documentos públicos, en sustitución del latín. Parece cada vez más claro históricamente que el florecimiento jurídico, literario y hasta musical de la corte de Alfonso X el Sabio es fruto de la de su padre. Pobló y colonizó concienzudamente los territorios conquistados. Instituyó en germen los futuros Consejos del reino al designar un colegio de doce varones doctos y prudentes que le asesoraran; mas prescindió de validos. Guardó rigurosamente los pactos y palabras convenidos con sus adversarios los caudillos moros, aun frente a razones posteriores de conveniencia política nacional; en tal sentido es la antítesis caballeresca del «príncipe» de Maquiavelo. Fue, como veremos, hábil diplomático a la vez que incansable impulsor de la Reconquista. Sólo amó la guerra bajo razón de cruzada cristiana y de legítima reconquista nacional, y cumplió su firme resolución de jamás cruzar las armas con otros príncipes cristianos, agotando en ello la paciencia, la negociación y el compromiso. En la cumbre de la autoridad y del prestigio atendió de manera constante, con ternura filial, reiteradamente expresada en los diplomas oficiales, los sabios consejos de su madre excepcional, doña Berenguela. Dominó a los señores levantiscos; perdonó benignamente a los nobles que vencidos se le sometieron y honró con largueza a los fieles caudillos de sus campañas. Engrandeció el culto y la vida monástica, pero exigió la debida cooperación económica de las manos muertas eclesiásticas y feudales. Robusteció la vida municipal y redujo al límite las contribuciones económicas que necesitaban sus empresas de guerra. En tiempos de costumbres licenciosas y de desafueros dio altísimo ejemplo de pureza de vida y sacrificio personal, ganando ante sus hijos, prelados, nobles y pueblo fama unánime de santo.

Como gobernante fue a la vez severo y benigno, enérgico y humilde, audaz y paciente, gentil en gracias cortesanas y puro de corazón. Encarnó, pues, con su primo San Luis IX de Francia, el dechado caballeresco de su época.

Su muerte, según testimonios coetáneos, hizo que hombres y mujeres rompieran a llorar en las calles, comenzando por los guerreros.

Más aún. Sabemos que arrebató el corazón de sus mismos enemigos, hasta el extremo inconcebible de logar que algunos príncipes y reyes moros abrazaran por su ejemplo la fe cristiana. «Nada parecido hemos leído de reyes anteriores», dice la crónica contemporánea del Tudense hablando de la honestidad de sus costumbres. «Era un hombre dulce, con sentido político», confiesa Al Himyari, historiador musulmán adversario suyo. A sus exequias asistió el rey moro de Granada con cien nobles que portaban antorchas encendidas. Su nieto don Juan Manuel le designaba ya en el En-xemplo XLI "el santo et bienauenturado rey Don Fernando"» ¹

Sintiéndose cercano a la muerte, recibió el viático y la unción de los enfermos en presencia de todos los dignatarios de la corte, a los cuales quiso dar este último ejemplo de devoción. A su hijo Alfonso, su heredero, antes de bendecirlo le dio algunos consejos para el gobierno del reino: «Teme a Dios y tenlo siempre como testigo de todas tus acciones públicas y privadas, familiares y políticas». 

Podríamos mencionar muchos otros detalles edificantes de su vida de fe. 

El 30 de mayo de 1252 entregó su alma a Dios. Tenía 53 años. Fue sepultado en la catedral de Sevilla, revestido con el hábito franciscano, pues era terciario de esa orden.

Entre los medallones con imágenes de santos que jalonan la nave central de  la iglesia de Balvanera se encuentra la efigie de San Fernando, Rey, que hemos mostrado en esta entrada.


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¹ José M.ª Sánchez de Muniáin, San Fernando III de Castilla y León, en Año Cristiano, Tomo II, Madrid, Ed. Católica (BAC 184), 1959.

24 de mayo de 2025

24 de mayo: María, Auxilio de los Cristianos

La parroquia de Santa Catalina de Alejandría, en el barrio de Constitución, está atendida por los padres salesianos. 


El templo parroquial exhibe una gran imagen de María Auxiliadora, muy bonita, a cuyos pies puede leerse el texto de una oración compuesta en su honor por San Juan Bosco.




Otra versión de la misma oración:

Oh María, Virgen poderosa:

Tú, grande e ilustre defensora de la Iglesia;

Tú, auxilio maravilloso de los cristianos;

Tú, terrible como ejército ordenado para la batalla;

Tú sola has destruido cada herejía en todo el mundo;

Tú, en las angustias, en las luchas, en las estrecheces

defiéndenos del enemigo

y en la hora de la muerte

¡acoge nuestra alma en el Paraíso!

Amén.


Según informa el sitio Iglesias de Buenos Aires, la imagen de María Auxiliadora está tallada en madera;  «procede de Barcelona, originada en el colegio técnico salesiano de Sarriá» y fue enviada para el primitivo templo neogótico, demolido en 1953, que se encontraba en el lugar donde se levanta el actual.

22 de mayo de 2025

22 de mayo: Santa Rita de Casia

En la Memoria de Santa Rita, compartimos fragmentos de las palabras pronunciadas por San Juan Pablo II en Roma el 20 de mayo de 2000 durante la audiencia a la Peregrinación Jubilar de los devotos de Santa Rita de Casia y a la de la Federación Italiana de los Caballeros del Trabajo. 


«(...) ¿Cuál es el mensaje que nos transmite esta santa? Es un mensaje que brota de su vida:  la humildad y la obediencia fueron el camino que Rita recorrió hacia una asimilación cada vez más perfecta con Cristo crucificado. El estigma que brilla en su frente es la autenticación de su madurez cristiana. En la cruz con Jesús culminó el amor que ya había conocido y expresado de modo heroico en su hogar y mediante la participación en las vicisitudes de su ciudad.

Siguiendo la espiritualidad de San Agustín, se hizo discípula del Crucificado y, "experta en sufrimiento", aprendió a comprender las penas del corazón humano. De este modo, Rita se convirtió en abogada de los pobres y los desesperados, obteniendo innumerables gracias de consuelo y fortaleza a quien la ha invocado en las más diversas situaciones.

Rita de Casia fue la primera mujer canonizada durante el gran jubileo de comienzos del siglo XX, el 24 de mayo de 1900. Al decretar su santidad, mi predecesor León XIII observó que había agradado tanto a Cristo, que él quiso recompensarla con el signo de su caridad y de su pasión. Le fue otorgado este privilegio por su humildad singular, por su desapego interior de los deseos terrenos y por su admirable espíritu penitencial, que acompañaron cada momento de su vida (cf. bula Umbria gloriosa sanctorum parens, Acta Leonis XIII, XX, pp. 152-153).

Me complace hoy, cien años después de su canonización, volver a proponerla como signo de esperanza, especialmente a las familias. Queridas familias cristianas, imitando su ejemplo, encontrad también vosotras en la adhesión a Cristo la fuerza para cumplir vuestra misión al servicio de la civilización del amor.

Si preguntáramos a Santa Rita cuál fue el secreto de esta extraordinaria obra de renovación social y espiritual, nos respondería:  la fidelidad al Amor crucificado. Rita, con Cristo y como Cristo, llegó a la cruz siempre y sólo por amor. Por eso, como ella, dirijamos nuestra mirada y nuestro corazón a Jesús, muerto en la cruz y resucitado por nuestra salvación. Él, nuestro Redentor, es quien hace posible, como hizo con esta querida santa, la misión de unidad y fidelidad propia de la familia, incluso en los momentos de crisis y dificultad. También es él quien hace concreto el compromiso de los cristianos en favor de la construcción de la paz, ayudándoles a superar los conflictos y las tensiones, por desgracia tan frecuentes en la vida diaria.

La santa de Casia es una de las numerosas mujeres cristianas que "han incidido significativamente tanto en la vida de la Iglesia como en la sociedad" (Mulieris dignitatem, 27). Rita interpretó bien el "genio femenino":  lo vivió intensamente, tanto en la maternidad física como en la espiritual.

En el sexto centenario de su nacimiento, recordé que su lección "se concentra en estos elementos típicos de espiritualidad:  el ofrecimiento del perdón y la aceptación del sufrimiento, no en una forma de resignación pasiva (...) sino por la fuerza de aquel amor hacia Cristo que precisamente en el episodio de la coronación (...) soportó, junto a otras humillaciones, una parodia atroz de su realeza" (Carta al arzobispo de Espoleto, 10 de febrero de 1982:  L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 20 de junio de 1982, p. 18).

Amadísimos hermanos y hermanas, la devoción a Santa Rita en el mundo está simbolizada por la rosa. Es de esperar que también la vida de todos sus devotos sea como la rosa recogida en el jardín de Roccaporena durante el invierno anterior a la muerte de la santa. En otras palabras, que sea una vida animada por el amor apasionado al Señor Jesús; una existencia capaz de responder al sufrimiento y a las espinas con el perdón y la entrega total de sí, para difundir por doquier el buen olor de Cristo (cf. 2 Co 2, 15), mediante el anuncio coherente y vivido del Evangelio. A cada uno de vosotros, queridos devotos y peregrinos, Santa Rita os entrega su rosa:  al recibirla espiritualmente, comprometeos a vivir como testigos de una esperanza que no defrauda, y como misioneros de la vida que vence a la muerte».

El vitral -que fotografiamos dos veces en sendas ocasiones distintas- pertenece a la iglesia de la Consolación.

21 de mayo de 2025

21 de mayo: San Eugenio de Mazenod

En octubre de este año se cumplirá medio siglo de la beatificación de San Carlos Eugenio de Mazenod, quien dos décadas más tarde fue canonizado por el papa Juan Pablo II. 

Por ello, hoy, cuando el "ritmo del Año Litúrgico" nos trae la fecha de su Memoria, lo honramos (por primera vez en la vida de este blog) recordando las palabras pronunciadas hace 50 años por Pablo VI en el rito de beatificación:

Eugenio de Mazenod «¡era un apasionado de Jesucristo y un fiel partidario de la Iglesia! Tras la Revolución Francesa, la Providencia lo convertirá en pionero de la renovación pastoral. A su regreso a Aix, después de su ordenación, el abad de Mazenod se sintió cautivado por las urgencias de la diócesis: los jóvenes, la gente común, los marginados, las poblaciones rurales. Quiere ser sacerdote de los pobres y ganar compañeros para su ideal. Este es el comienzo de una pequeña sociedad: los Misioneros de Provenza que se convertirán en los Oblatos de María Inmaculada. Nombrado Vicario General y luego Obispo de Marsella, Monseñor de Mazenod dio toda su medida.

Construyó iglesias, creó nuevas parroquias, cuidó con vigor y ternura la vida de sus sacerdotes, multiplicó las visitas pastorales y la predicación poderosa -a menudo en lengua provenzal-, desarrolló la instrucción catequética y las obras juveniles, convocó congregaciones docentes y hospitalarias, defendió los derechos de la Iglesia y de la Sede de Pedro. A partir de 1841, los Oblatos de María zarparon hacia los cinco continentes y llegaron hasta los confines de las tierras habitadas. Nuestro predecesor Pío XI diría de ellos: “¡Los Oblatos son los especialistas en misiones difíciles!”. ¡Y el Padre de Mazenod quería que fueran religiosos perfectos! Este Pastor y Fundador, auténtico testigo del Espíritu Santo (...), dirige una llamada vital a todos los bautizados, a todos los apóstoles de hoy: ¡dejaos invadir por el fuego de Pentecostés y experimentaréis el entusiasmo misionero!».



Carlos Eugenio de Mazenod nació en 1782 en Aix-en-Provence. Pese a que parecía tener asegurada una buena posición y  su familia pertenecía a la nobleza menor, los disturbios de la Revolución Francesa cambiaron radicalmente su situación. Debió huir de su país siendo apenas un niño; recién retornaría a Francia en 1802.  Sintió poco después el llamado al sacerdocio, y en 1811 fue ordenado. Se dedicó a los más necesitados y  buscó pronto otros sacerdotes con las mismas inquietudes, que predicaban en provenzal, la lengua de la gente sencilla. Se llamaban a sí mismos «Misioneros de Provenza». Al principio, Eugenio no vislumbraba más que la formación de una comunidad de sacerdotes seculares dedicados a la evangelización de Provenza por medio de misiones populares. Pero luego, para asegurar la continuidad en el trabajo de este grupo de sacerdotes,  tomó la decisión de acudir directamente al Papa para pedirle el reconocimiento oficial de su comunidad como congregación religiosa de derecho pontificio. Gracias a su perseverancia, en febrero de 1826 el papa León XII aprobaba la nueva Congregación de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada. Eugenio fue elegido Superior General.

Más tarde fue nombrado Vicario General de Marsella, diócesis que había sido suprimida durante la Revolución Francesa, y que se encontraba en un estado lamentable. Sobre Eugenio recayó la mayor parte del trabajo de reconstruir la diócesis. En 1832 Eugenio fue nombrado Obispo auxiliar y recibió la ordenación episcopal en Roma. Cinco años más tarde fue promovido al  cargo de Obispo de Marsella, que ejerció de un modo ejemplar hasta su muerte, ocurrida el 21 de mayo de 1861. 


El vitral con la imagen de San Eugenio Mazenod pertenece a la iglesia de la parroquia Madre de Dios,  que fue atendida por varios años por los Oblatos de María Inmaculada. Por cierto, ese templo aparece por primera vez en este blog.

19 de mayo de 2025

Lunes de la V Semana de Pascua

El Lunes de la Semana V de Pascua se lee este fragmento del Evangelio de San Juan (14, 21-26) en el que hemos destacado algunas palabras con negrita:

Jesús dijo a sus discípulos:

«El que recibe mis mandamientos y los cumple, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él».

Judas -no el Iscariote- le dijo: 

«Señor, ¿por qué te vas a manifestar a nosotros y no al mundo?».

Jesús le respondió: 

«El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará; iremos a él y habitaremos en él. El que no me ama no es fiel a mis palabras. La palabra que ustedes oyeron no es mía, sino del Padre que me envió.

Yo les digo estas cosas mientras permanezco con ustedes. Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi Nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho».


La frase destacada corresponde al versículo 23 y está escrita, en latín, en uno de los muros de la iglesia del Salvador: "Si quis diligit me sermomem meum servabit": "El que me ama hace caso a mi palabra".


16 de mayo de 2025

16 de mayo: San Posidio


«San Posidio, africano de nacimiento, Obispo de Calama o Güelma en la Numidia, norte de África Proconsular, es el primer biógrafo de San Agustín, Obispo de Hipona. La importancia de su figura le viene de la convivencia fraterna con San Agustín en Hipona durante más de cuarenta años. Por eso, es el mejor testigo de su vida, que, como «santo hermano y amigo» suyo, puede realizar su más vivo y fiel retrato. Atraído por su personalidad y su fama, Posidio fue uno de los primeros siervos de Dios que abraza la vida común en la fundación de Agustín en Hipona desde el año 391. Desde entonces recogió los recuerdos y secretos de su maestro, hermano y gran amigo. Él perteneció al círculo de los más íntimos formados en su escuela, y, junto con Alipio, es uno de los más destacados por su cultura y santidad. Muy diestro en el manejo de las letras combatió incansablemente por Cristo. En el 397 fue ordenado Obispo de Calama, siendo un gran pastor. Heredero del espíritu de su maestro, supo vigilar y pelear por sus fieles y por la verdad. Siempre al lado de Agustín, lo acompañó en las grandes campañas para defender a la Iglesia contra el donatismo, el paganismo, el pelagianismo y el arrianismo. Fundó en su diócesis un monasterio de religiosos para vivir con ellos en vida común y formación continua, lo mismo que Agustín y Alipio en Hipona y Tagaste. Agustín, Alipio y Posidio, los tres siempre unidos, destacaron en las conferencias públicas contra donatistas y pelagianos; intervinieron brillantemente en los concilios de Cartago, e informaron de todo a Roma y a los Padres africanos. Fue perseguido frenéticamente, y varias veces a muerte, por los paganos de Güelma y, sobre todo, por los circunceliones, esbirros terroristas de los donatistas, que cometían toda clase de crímenes y crueldades contra los clérigos de la Iglesia, antes de la llegada de los bárbaros.

Tuvo que hacer varios viajes a la corte imperial, que estaba en Rávena, para defender a los católicos y reprimir a donatistas y paganos.

Sufrió mucho cuando la destrucción de Roma en el 410, acogiendo a los huidos al norte de África, y siendo testigo de las atrocidades y barbarie que desintegraban el Imperio. Cuando la persecución vandálica, que no respetaba nada, llegó a África, Posidio, como otros obispos y sacerdotes, se refugió en Hipona con San Agustín, que acogía a todos. Allí tenía con él frecuentes conversaciones sobre los acontecimientos de cada día con dolor y sufrimiento, pero también con esperanza, adorando en silencio y con oración el tremendo misterio de la divina Providencia, y viendo en todo el cumplimiento de una justa misericordia.

Finalmente, cuando el 28 de agosto del año 430 todos vieron cercana la muerte de su maestro y Obispo de Hipona, Posidio estuvo a su cabecera orando con todos por él, y recogiendo emocionado el último suspiro de su padre y maestro, con quien había vivido cuarenta años, aprendiendo de su ciencia y santidad.

Está, por tanto, informadísimo de todo lo que ha vivido, de todo lo que ha visto y de todo lo que ha oído de él. «Y —dice— no puedo ni debo callarlo». Es, pues, el mejor testigo y un biógrafo fidedigno de la vida íntima, de las luchas, de los secretos, actividades y apostolado de San Agustín hasta el final. Heredero además de sus escritos, recoge y trasmite la biblioteca agustiniana con un Catálogo de sus obras para la posteridad. Expulsado de su sede el año 437 por Genserico, rey de los vándalos, Posidio muere hacia el 440.


Pero antes dejó escrita la Vida de San Agustín con cariño y respeto, en un estilo sincero, sencillo, ameno y edificante, siguiendo la costumbre de los biógrafos de entonces, como la Vida de San Antonio por San Atanasio, y de otros, que él conocía. Es, por tanto, uno de los documentos más valiosos que poseemos sobre la vida de Agustín».


El texto procede del sitio Augustinis.itEl vitral que representa a San Posidio pertence a la iglesia de la Consolación, en Villa Crespo.

14 de mayo de 2025

14 de mayo: San Víctor de Antioquía

El Martirologio dice hoy, escuetamente: «En Siria, santos Víctor y Corona, compañeros mártires».

El antiguo Martirologio decía: 

 

Antes que nada, una advertencia hagiográfica que trae El Testigo Fiel: 

Son bastante complejos los estudios hagiográficos que tienen como objeto estos dos santos mártires, Corona y Víctor; tantas son las celebraciones de los varios antiguos calendarios y martirologios, latinos, griegos y coptos. En esta breve nota se tendrá en cuenta sólo la celebración del 14 de mayo, reportada por el Martirologio Romano. La incerteza de las noticias alcanza también a la ciudad del martirio: la «Passio» griega dice que fue Damasco; la copta, que Antioquía, y las fuentes latinas dicen Alejandría de Egipto, e incluso Sicilia. También la fecha es controvertida, según las fuentes griegas habría sido en tiempos del emperador Antonino (138-161), según las coptas, en tiempos de Diocleciano (243-313). El Martirologio Romano lo ubica en el siglo III y en Siria, sin especificar el lugar exacto.

Hecha esta aclaración, pasemos a los datos sobre nuestro santo de hoy. Tomamos la información de un sitio ortodoxo. Los ortodoxos celebran a Víctor y a su compañera de martirio el día 11 de noviembre.

«San Víctor fue martirizado en Italia durante el reinado del emperador Antonino (138-161 d.C.) y el duque Sebastián en el año 160. 

[Nota: Esto es de acuerdo con el Synaxarion de Constantinopla. La mayoría de las fuentes afirman que fueron asesinados en la Siria romana durante el reinado de Marco Aurelio. Sin embargo, varios textos hagiográficos no están de acuerdo sobre el sitio de su martirio, y algunos afirman que fue en Damasco, mientras que las fuentes coptas afirman que fue Antioquía. Algunas fuentes occidentales afirman que Alejandría o Sicilia fueron su lugar de martirio. 

También están en desacuerdo sobre la fecha de su martirio. Pueden haber sido martirizados durante el reinado de Antonino o Diocleciano, mientras que el martirologio romano afirma que fue en el siglo III cuando encontraron su muerte. Más comúnmente se dice que Víctor era un soldado romano de ascendencia italiana, que servía en la ciudad de Damasco en la Siria romana durante el reinado del emperador Antonino Pío]. 

Por no negar su fe en Cristo, primero le cortaron los dedos. Luego fue colocado en un horno encendido durante tres días, del cual salió ileso. Luego le obligaron a beber un veneno mortal, pero esto no le hizo daño, haciendo que el hechicero que administraba el veneno mortal creyera en Cristo. Luego le arrancaron los nervios y le echaron aceite hirviendo. Luego se vio obligado a beber ceniza mezclada con vinagre, que fue seguido por el desgarramiento de sus ojos, y después fue colgado boca abajo durante tres días. Después de esto fue desollado vivo. Habiendo sufrido tales torturas, el valiente atleta entregó su alma en manos de Dios»

La imagen forma parte de un gran mural titulado "Sinaxis de sants del Patriarcado de Antioquía - hombres y mujeres santos de la Sede Ortodoxa de Antioquía" en el templo dedicado a San Jorge  de la Iglesia Ortodoxa del Patriarcado de Antioquía.