El Evangelio que se proclama en la misa de hoy, sábado de la decimonovena semana del tiempo ordinario, es el siguiente (Mt 19, 13-15):
Trajeron entonces a unos niños para que les impusiera las manos y orara sobre ellos. Los discípulos los reprendieron, pero Jesús les dijo: «Dejen a los niños, y no les impidan que vengan a mí, porque el Reino de los Cielos pertenece a los que son como ellos». Y después de haberles impuesto las manos, se fue de allí.
El pasaje resulta bellamente ilustrado por este vitral de la Basílica de San Ponciano, en la ciudad de La Plata:
Tomé la foto en julio del año pasado.
Próxima entrada: 21 de agosto (Nuestra Señora de Knock)
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